La verdad que no se por dónde empezar.
Lo único que lamento es no haber visto esta maravilla en su estreno de 1999.
El comienzo ya es una maravilla y te engancha a ese mundo underground en el que se mueve Neo (Keanu Reeves) y donde conoce a Trinity (Carrie-Anne Moss).
La existencia de otro mundo y el saber que lo que vives es una simulación parece que es una fantasía hoy en día, donde lo electrónico o virtual va sustituyendo con paso de gigante a lo real (o lo que concebíamos como real hasta hace nada). Matrix presenta esta teoría de simulación en la que Neo, el protagonista del filme, se reúne con Morfeo (Lawrence Fishburne) para decidir entre vivir lo fácil o lo increíble.
La película avanza con escenas increíbles de acciones, pequeños tintes de amor y planteamientos filosóficos que te harán estallar la cabeza (en el buen sentido, si es que lo hay). Las escenas de acción son finales más que respetables, tanto por la tensión en la que te adentran, como por unos efectos especiales que parecen impropios del siglo XX.

El planteamiento de la película, o el tema de la misma, me parece bueno.
Pocas películas tratan el mundo de las criptomonedas, aunque mucho de ellas no se aprende de ellas en el filme, pero para ello ya hay otras muchas maneras (Youtube).
Martin, un inversor de prestigio, es exiliado a su pueblo, el cual odiaba. Allí, tendrá que investigar a una galería de arte, en cuyas cuentas verá cosas que no cuadran. Todo ello, acompañado por su amistad con un fanático de las criptomonedas y una historia de amor (o eso parece) llevará al desenlace de la película en el que Martin tratará de salvar la vida de su padre.
La verdad es que con el tema se podría haber hecho una película mejor, pero los personajes son flojos en si (aunque el actor principal lo hace bastante bien) y la historia se ve que no está dirigida por Nolan o Villenueve.

Taxi Driver (1976) es uno de esos clásicos que parece que tienes la obligación de ver en algún momento.
Ambientada en la Nueva York de los años 70, la película se centra en la figura de Travis Bickle (Robert De Niro), quien después de haber vuelto de la guerra, se refugia en el trabajo de taxista nocturno para no tener que convivir con sus pensamientos (o convivir lo menos posible).
En una de sus jornadas como taxista, se enamora de una trabajadora del ayuntamiento, que posteriormente quedará asustada por las rarezas de Bickle. A lo largo de la historia se verá como Bickle se transforma en una persona incapaz de distinguir el bien del mal y que te hace preguntarte de que lado estás tu: con él o contra él.
De Niro y Jodie Foster tienen un papel destacable que catapultó la carrera de ambos.

El Gran Gatsby o el tostón de Gatsby.
La película comienza bien, ambientanda en la Nueva York en la década de los años 20 con unos personajes a los que te crees (aunque a Maguire cuesta por momentos).
Con tintes más propios de El Lobo de Wall Street (a pesar de ser anterior) el poder de la riqueza y el mundo de la inversión vuelven a ser exaltados. Te invaden esas ansias de querer pertenecer a una clase alta dotada de lujos y de presencia en las mejores fiestas.
Sin embargo, con el transcurso de la película, la historia se va transformando en el renacer de una historia de amor que fue fallida. Con tintes de tensión (pocos) y de comedia (algo más) la historia transcurre con diálogos aburridos e improductivos. La voz de narrador de Maguire acaba aburriendo (la primera media hora se aguanta, pero luego...).
El papel hace que Dicaprio esté desdibujado toda la película. No es que él lo haga mal, es que es como poner a un portero de delantero, minimizando sus capacidades hasta un bajo punto.
El resto del reparto, exceptuando a Elizabeth Debicky que está brillante, es flojo. Dónde queda el Maguire de Spiderman...
La película se acaba haciendo eterna, con un final en el que se ve que a veces detrás de un inmenso éxito aparente hay un gran sufrimiento.
Buena primera media hora, y tostón posterior.

Despues de que en Prometheus los Alien (las criaturas con las que Scott originó fanáticos en los años 70) tuvieran poca importancia o protagonismo, en esta entrega vuelven a tener protagonismo en la generación de un terror sicodélico que te deja con tensión en los últimos 2 tercios de la película.
Es cierto que el comienzo se hace algo reflexivo y aburrido, haciendo demasiado larga la espera hasta la llegada al planeta (y por consecuencia a la acción), pero la espera merece la pena. La película, a pesar de tener el climax en la mitad de la misma, acaba de una manera espectacular con escenas de acción en la nave que recuerdan a Alien el octavo pasajero. Fassbender vuelve a tener un papel destacable rodeado de personajes secundarios que cumplen su papel a la perfección.
La verdad es que es sin duda mi película favorita de la saga, a pesar de no ser la más mítica.