Una de las mejores películas colombianas que he podido ver, sencilla y con una excelente banda sonora recrea la historia de un personaje peculiar que habita en uno de los barrios más antiguos de Bogotá, la Candelaria, su trabajo es llevar en sus espaldas a las personas que se desplazan por el centro, por llamarlo de alguna forma encarna a un taxi-hombre.

Ciro Guerra logra con su opera prima una conmovedora y sencilla historia que muestra una Bogotá Urbana y aterradora.

Almodóvar es la imagen de los 80 y estos nos queda claro desde esta película, a veces con secuencias burdas y escenas provocadoras pero con aciertos en planos y en momentos cruciales del film nos muestra cómo va hacer su cine que con los años y la experiencia se va estilizando.

Queda claro que no es de mis favoritas de Almodóvar, sin embargo se convierte en algo interesante si miramos más allá del tema y de la narración, y valoramos estéticamente lo que fue el surgimiento de este grande del cine.

Un tema trillado y una comedia romántica que deja muy poco al espectador, predecible y en momentos con un humor bastante obvio.

No puedo negar que hay escenas bastantes divertidas sobre todo al inicio de la película, es de esas películas que empiezan bastante bien y quince minutos después ya sabes en que va a terminar.

Una película para ver en la casa, un domingo donde solo interesa divertirse un rato.

La película como todas las que he podido ver de Woody Allen me encanto, pero esta tiene una dosis de humor que se nutre con la recreación del típico coro griego de las obras clásicas.

Parodiado una de sus pasiones (las obras clásicas Griegas) logra un gran ambiente donde la participación del coro y el corifeo se mescla con la vida del protagonista como si se estuviera narrando alguna tragedia de Sófocles, pero con esas situaciones absurdas y graciosas en los que los magníficos personajes de Allen se suelen meter.