Tras las malas críticas a la película de Aronofsky, he ido a verla sin muchas expectativas. Y qué quieren que les diga, a mí me ha gustado. Está claro que a un director de su talla se le exige mucho debido al listón tan alto de sus películas precedentes. Otros, sin embargo, sin conocer nada del autor ni ser muy aficionados al cine, la han juzgado por ser muy poco fiel al relato bíblico original. Pero creo que éste no era el objetivo del director. Desde mi punto de vista, el punto fuerte de "Noé" radica en el análisis que hace del ser humano, representando sus múltiples facetas en el protagonista principalmente, pero también en los miembros de su familia. Noé refleja en un principio la bondad, la fidelidad, el amor por la familia. Pero también facetas tan humanas como la obsesión, la obcecación, el creerse mejor que los demás, la debilidad, el orgullo e incluso el odio. Y también, aunque en un segundo plano, se ve la evolución por distintas fases del resto de miembros de su familia.
Otros aspectos de la película, como los efectos especiales, los monstruitos de piedra y demás, ya depende del gusto de cada uno. Pero si quiere ir a verla, vaya sin prejuicios ni expectativas. Al menos le dará qué pensar.

Cuando nominaron Philomena a los Oscar, me sorprendió. No la había visto, pero me parecía una película más, del montón, juzgando sólo lo que se mostraba en el trailer. Finalmente, ante la insistencia de algunos conocidos, me decidí a verla. Y me alegré.

Philomena es una de esas películas que hay que ver de vez en cuando. La palabra que la resume es EQUILIBRIO. Y éste lo consigue, a mi juicio, debido a diferentes factores:

En primer lugar, su duración: nada de melodramas interminables. Una duración adecuada para satisfacer al espectador.

En segundo lugar, el ritmo del guión. Desde el principio se presenta la trama principal, sin excesivas subtramas inconexas que nos hagan perdernos de lo que realmente importa (la vida del periodista e incluso la vida actual de Philomena con su hija quedan relegadas a un segundo plano). Los flashbacks no resultan excesivos y cobran completo sentido en el transcurrir del guión.

En tercer lugar, la calidad de los actores: Judi Dench representa por igual fortaleza y debilidad en los momentos en los que el papel se lo requiere, sin aspavientos. Se trata de un personaje muy rico, con muchos matices y creo que precisamente éste es el punto fuerte de la película. Su bondad, su inocencia justa (enternece cómo no entiende las bromas, o cómo se entusiasma simplemente hablando con un camarero), la firmeza de sus principios...Todo fluyendo como la seda en este papel magníficamente interpretado. Y Steve Coogan hace creíble su papel de periodista con sensación de fracasado con sólo mirarle a los ojos, sin excesos de interpretación, manifestando su frustración con contestaciones bruscas que llevan implícito su estado de ánimo. No me ha gustado tanto el papel de las religiosas, en mi opinión demasiado caricaturizado y explícito.

Por último, el equilibrio entre humor y drama. Los pequeños toques de humor se agradecen y no desentonan con el transcurso de la historia. Y el drama no lo es porque sí, es simplemente un argumento que no busca la lágrima fácil, sino contar una historia de la mejor manera posible.

El posicionamiento moral sobre la historia ya es cosa de cada uno. Desde luego, no deja indiferente, y dará que pensar al espectador. Religión, reacciones humanas, capacidad de odiar y perdonar, ser merecedor de dichos sentimientos...Ahí queda, juzguen ustedes.

Estuve en Nepal hace un par de años. En ese viaje encontré un pueblo que convive felizmente a pesar de sus carencias y diferencias religiosas entre ellos. Quizás por eso tenía tanto interés en ver cómo reflejaba la película la sociedad nepalí. Realmente no me encontré del todo con lo que esperaba, pero con sus puntos fuertes y débiles, el balance global ha sido positivo.

En primer lugar, hablaré sobre la actriz protagonista, Verónica Echegui. La sigo desde sus comienzos, y debo decir que me ha sorprendido gratamente en el papel de Laia. Simplemente, me he creído su personaje en todo momento. Refleja cómo una mujer occidental se va enfrentando a las dificultades del país que le acoge y va adaptando su modo de vida y de hacer las cosas para conseguir su objetivo. Y lo hace con un coraje y tesón que convence. Eso sí, merece la pena verla en VERSIÓN ORIGINAL. No tiene sentido ver doblada una película de una española hablando en inglés en un país extranjero, y pierde muchísimo.

Sobre la historia: la trama principal me ha parecido bien estructurada, dinámica y convincente. Pero hay dos puntos en los que discrepo. El primero son los flash-backs en la vida de Laia. Creo que sobran, que no aportan nada a la película y alejan al espectador de la historia que se está desarrollando. En segundo lugar, creo que por intentar reflejar la sociedad nepalí en muchos ámbitos no profundiza en ninguno. Quien mucho abarca poco aprieta. Se toca por encima el tema de las castas, de las diferencias religiosas (hindúes, budistas y, aunque en minoría musulmanes, conviven en armonía compartiendo incluso lugares de oración) y del valor de la familia. Aunque sí, ayuda a hacerse una idea; quizá ese tampoco sea el objetivo final de la película, claro.

En resumen, la recomendaría. Sobre todo, me parece una historia de superación personal, de adaptación a un medio extranjero completamente diferente, donde si queremos intervenir debemos amoldarnos a sus costumbres y tradiciones. Y sobre todo, es una historia de elecciones: elegir un camino y no mirar lo que dejamos atrás. Siempre para adelante.