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Críticas de Scissorhands20598
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Críticas 27
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
31 de enero de 2024
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Primera película de mi querido y admirado Raúl Cerezo que junto a Fernando González Gómez crea un bellísimo homenaje al cine fantástico repleto de guiños a clásicos del  género y con un cariño tremendo por él y por sus aficionados. Y con un divertido toque cañí con pasodobles incluidos ;)

La disfruté muchísimo en el cine y lo he vuelto a hacer en casa. Me encanta además de esos continuos homenajes al género la carismática y entrañable pareja que forman Blasco y Marta (Ramiro Blas y Paula Gallego). Sin olvidarnos por supuesto de "la Vane", esa furgoneta que es tan protagonista de la función como ellos. Imprescindible.
Scissorhands20598
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7
31 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda película de esta dupla y un nuevo acierto. Esta por desgracia me la perdí en pantalla grande pero la he podido disfrutar en la pequeña ;)

Es muy diferente a "La pasajera": aquí el humor desaparece prácticamente por completo y tenemos una angustiosa película de terror que podríamos calificar como "apocalíptico" en la que algo misterioso y horrible comienza a suceder a la gente anciana en el asfixiante entorno de un Madrid que padece la peor ola de calor de su historia.

Repite Paula Gallego (al final me voy a hacer muy fan de esta chica, vaya descubrimiento) y destaca también la interpretación de Zorion Eguileor dando vida al anciano protagonista a través del que nos vamos introduciendo en una pesadilla digna del mismísimo John Carpenter (por citar a uno de los grandes).

Aunque puestos a elegir me parece más redonda "La pasajera", esta es otro notable alto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Scissorhands20598
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10
15 de diciembre de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito sin paliativos que supuso “Batman”, Tim Burton consiguió definitivamente entrar por la puerta grande de Hollywood, y en estos primeros años noventa iba a dirigir algunas de sus mejores y más recordadas películas.

Concretamente en 1990 iba a llegar a las pantallas la que para mi es sin lugar a dudas su gran obra maestra: “Eduardo Manostijeras”. Iba a suponer además la primera de las muchas colaboraciones de Burton con Johnny Depp, un por entonces jovencísimo y casi desconocido actor que a partir de entonces iba a convertirse en el actor-fetiche del genial realizador de Burbank. Depp da vida en el film al protagonista del mismo, un joven llamado Edward que vive en total soledad en una misteriosa mansión y que tiene la peculiaridad de tener tijeras en lugar de manos. Poco a poco iremos descubriendo que Edward fue creado por un anciano inventor (papel que Burton reservó a su ídolo de la infancia Vincent Price regalándole una memorable despedida del cine) que no pudo acabar su gran creación, que quedó incompleta y sola hasta que un día una peculiar vendedora de Avon (Dianne Wiest) llega al castillo y descubre al bueno de Edward, al que no duda en llevar a su casa e intentar integrarle en la vida rutinaria de su colorista urbanización. Allí veremos como este ser bondadoso y noble no termina de encajar demasiado bien, y solamente la hija de su descubridora de nombre Kim (Winona Ryder) termina aceptándolo y queriéndolo por lo que realmente es.

“Eduardo Manostijeras” es probablemente la más personal de todas las obras de Burton, y quizá precisamente por ello sea la mejor de todas (con permiso de “Ed Wood”). El pintoresco realizador se pone desde el primer momento (y nosotros con él) del lado de Edward, y a través de sus ojos vamos descubriendo la falsedad de las vidas de todas esas personas que viven en esa vecindad de casas de colores y aparentemente felices que esconden en realidad a los verdaderos monstruos de la película: gente que tras su cara amable y su sonrisa muestran en realidad una desconfianza hacia el “raro”, el diferente, al que en el fondo no dejan de ver como una amenaza (algo parecido a lo que ya vimos en el cortometraje “Frankenweenie”). Burton ha reconocido en más de una ocasión que se inspiró en el barrio en el que él mismo vivió de niño, y en el que evidentemente alguien como él jamás terminó de encajar al igual que no lo hará Edward.

Esta es mi película favorita, por lo cual me resulta absolutamente imposible ser imparcial al hablar de ella: es uno de los motivos por los que amo el cine, la principal causa de mi admiración por Tim Burton y uno de los cuentos (porque es lo que es en realidad... no obstante así se nos muestra desde el principio con la anciana narrándole la historia a su nieta) más hermosos que jamás se han contado. Podría hablar de la maravillosa banda sonora de Danny Elfman, de escenas y diálogos de una belleza tan enorme que resulta difícil no conmoverse profundamente ante ellos, de la soberbia interpretación de la joven pareja protagonista, de su inconfundible aspecto visual que es el más fiel reflejo de la obra de su director... pero creo que ni con todo ello le haría justicia, así que ya que se trata de un cuento, hagámosle el homenaje que merece:

“Érase una vez un anciano inventor que vivía en un castillo. Érase una vez un joven con tijeras en lugar de manos y un corazón hecho de galleta. Érase una vez un mundo demasiado estúpido como para aceptarle. Érase una vez un amor imposible. Érase una vez un baile bajo la nieve. Érase una vez un director genial en la cima de su carrera. Érase una vez una obra maestra. Érase una vez “Eduardo Manostijeras”.
Scissorhands20598
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10
19 de diciembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El propio Tim Burton ha contado en más de una ocasión que la idea de “Pesadilla antes de Navidad” se le ocurrió presenciando como una vez dejado atrás el 31 de octubre, los escaparates de una tienda comenzaban a cambiar la decoración de Halloween por la de Navidad. Imaginó una historia en la que ambas festividades se diesen la mano y el resultado de ello fue un poema (que años después recitaría el mismísimo Christopher Lee) que posteriormente se convertiría en una de las indiscutibles obras maestras del cine de animación de todos los tiempos.

“Pesadilla antes de Navidad” es el resultado de la unión de tres genios en su momento de mayor creatividad: Burton por un lado, Danny Elfman por el otro (su banda sonora y sus canciones para la película probablemente sean el mejor trabajo de toda su carrera) y no olvidemos por supuesto a Henry Selick, en quien Burton decidió delegar la dirección del film y al que sería injusto restarle méritos pues supo pasar a imágenes de manera extraordinaria esta historia (aunque ya puestos a reconocer méritos tampoco nos olvidemos de Caroline Thompson y Michael McDowell que la convirtieron en guión cinematográfico).

A estas alturas, cuando este film se ha convertido ya en un auténtico icono popular, casi resulta innecesario realizar una sinopsis, pero aún así la haré brevemente: la historia nos traslada a la “Ciudad de Halloween”, lugar habitado por extrañas criaturas que viven por y para la celebración de la noche de difuntos. De entre todas ellas destaca el protagonista de la función: el esqueleto Jack Skellington, que es considerado el “Rey de las Calabazas” y que pese a ser la gran estrella de estas celebraciones está aburrido y cansado de su monótona existencia. Tras encontrarse casualmente en uno de sus paseos con una puerta que conduce a la “Ciudad de Navidad” y tras quedar fascinado por lo que en ella presencia, decide suplantar al mismísimo Santa Claus y ocuparse él mismo de las celebraciones navideñas y de la entrega de los regalos a los niños, con las consecuencias que todo el que haya visto la película (a estas alturas casi todo bicho viviente) conoce perfectamente.

Esta es una de esas pocas ocasiones en las que todas las piezas del puzzle encajan a la perfección: la aparentemente corta duración de la película es en realidad la más adecuada para la historia, las canciones son a cada cual mejor y conforman un musical que podría competir perfectamente con cualquiera de primer nivel, la animación stop-motion (de la que todavía no había dicho nada) es un auténtico prodigio que hubiese podido firmar el mismísimo maestro Ray Harryhausen (una de las claras fuentes de inspiración tanto de Burton como de Selick), y además de todo esto el guión es una absoluta delicia sobre todo por la forma de presentarnos a los monstruos como seres que a pesar de su aspecto y de sus peculiares gustos actúan en su mayor parte sin la menor maldad y sin saber que su peculiar forma de ver la Navidad ni se corresponde ni es compatible con la del resto de los mortales. La película refleja ni más ni menos la visión que Tim Burton tiene de las que probablemente sean las dos fiestas más importantes del año (al menos en Estados Unidos): Halloween y Navidad. Celebraciones que por separado pueden resultar geniales pero que nadie que no tuviese la desbordante imaginación de Burton hubiese nunca pensado en unir, pues a priori parecen absolutamente incompatibles: luces frente a oscuridad, felicidad frente a terror, simpáticos elfos vestidos de manera colorista frente a auténticos espantos surgidos de la tumba... solamente Burton, Elfman y Selick podían haber dado a luz esta obra maestra.
Scissorhands20598
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8
15 de diciembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película “Batman” supuso un éxito tan rotundo que era cuestión de tiempo que se rodase su secuela. Y era también prácticamente inevitable que la Warner quisiera contar para la misma con el director que había conseguido llevar a tan buen puerto la primera aventura del célebre hombre-murciélago. Tim Burton, no obstante, ya no era ese director semi-novel de finales de los 80 y puso sus condiciones: se haría cargo de “Batman vuelve” pero tendría el control creativo que se le negó entonces.

El resultado es una película que repite los puntos fuertes de su predecesora: un Michael Keaton más que correcto, un aspecto visual sencillamente magistral con la mejor, más lúgubre y más espectacular Gotham que se ha visto en la gran pantalla en mi modesta opinión y por supuesto la inconfundible banda sonora de Danny Elfman que ya era más que reconocible (y tarareada) por aquel entonces... y que le añade algún plus adicional como un trío secundarios que terminan por robarle casi por completo el bocadillo al protagonista, aunque alguno me dirá que eso ya lo conseguía también el Joker de Nicholson en la primera, y en gran parte es cierto. Dichos secundarios son el Pingüino/Oswald Cobblepott, interpretado por Danny de Vito; Catwoman/Selina Kyle a la que da vida una sensual Michelle Pfeiffer y el siempre brillante Christopher Walken dando vida a Max Shrek, un codicioso magnate carente de escrúpulos y que es sin lugar a dudas el auténtico villano de la función, muy por encima de los otros dos.

Cuando se habla de “Batman” y “Batman Vuelve” siempre surge la eterna cuestión de cuál de las dos es mejor película: personalmente, tras haber visto las dos unas cuantas veces ya, he llegado a la conclusión de que aunque ambos son títulos notables comparten mayoritariamente tanto defectos como virtudes y la cosa poco más o menos quedaría en un empate. Lo que si es evidente es que este segunda entrega es mucho más “burtoniana” que la primera, cosa que queda ya clara en esa maravillosa secuencia inicial (en mi opinión lo mejor de toda la película a años luz del resto) en la que vemos los orígenes del Pingüino y la cruel forma en la que sus padres se deshacen de él sin el más mínimo escrúpulo. Burton se mueve a sus anchas por esta maravillosa Gotham que mezcla casi a partes iguales lo siniestro con lo colorista (casi podríamos decir que más que Gotham es “Burtonland”) y se siente también muy a gusto en las escenas protagonizadas por los “freaks” de la historia: ese Pingüino absolutamente excesivo en todos los aspectos y esa sorprendente Catwoman que quizá sea lo más recordado de esta película 25 años después (impagables las escenas de la “génesis” del personaje).

Pero... (y ahora vienen los defectos) una vez más vemos que por mucho que el bueno de Burton intenta llevarse toda la historia y todos los personajes a su terreno, definitivamente no es un director especializado en el género de acción y jamás lo será. Las escenas de peleas, persecuciones, explosiones, etc... son claramente lo más flojo de toda la función, y es sobre todo en este aspecto en el que los Batmans de Burton se verían superados años después por los de Nolan (entre medias tendríamos los de Schumacher a los que habría que echar de comer aparte). Tampoco se puede decir que el tiempo haya jugado a favor de escenas como la del ejército de pingüinos (que resulta demasiado extravagante incluso viniendo de quien viene) o la del “coche-pato”, ni que la química entre Keaton y Pfeiffer funcione demasiado (con Bassinger tampoco es que la cosa fuese mucho mejor, también es verdad)... pero me quedaré con lo positivo, que es la mayoría, y concluiré diciendo que aunque no es la mejor película de Burton ni la mejor película de Batman, está a años luz de los extremos opuestos en ambos casos.
Scissorhands20598
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