Esta adaptación de Telemundo que pretendía revivir el éxito de la serie colombiana "Cuando quiero llorar no lloro" de 1991, es un mero producto en lugar de ser una producción genuina, se queda corta en todos los aspectos.

Las interpretaciones son forzadas y sobreactuadas, desconectadas de la realidad y del día a día. En lugar de presentar personajes auténticos y creíbles, la nueva versión opta por modelos que parecen más preocupados por su apariencia que por su talento actoral. Esto resulta en una trama casi ridícula y actuaciones que dejan mucho que desear.

Desde mi perspectiva, como espectador y admirador de la serie original, la nueva versión no logra evocar la misma conexión emocional. Uno no se identifica con los personajes de la misma manera y no se ven reflejadas las realidades sociales y urbanas que tanto impactaron en la serie original.

En contraste, la serie original "Cuando quiero llorar no lloro" era todo lo contrario: presentaba actuaciones auténticas y emocionantes, personajes profundamente desarrollados y una trama convincente que resonaba con el público. Los episodios de la serie original ofrecían una oportunidad para que los espectadores se sumergieran en una narrativa emocionalmente profunda y significativa, lo que les permitía conectarse con los personajes y las situaciones de una manera memorable y poderosa, algo que lamentablemente no se logra capturar en la versión más reciente.

En resumen, "Los Victorinos" en su versión más reciente se convierte en un espectáculo superficial y poco convincente, donde parece primar más la creación de productos de consumo rápido que la elaboración de una producción genuina y significativa.

La nueva versión de la serie "Amar y Vivir" producida por Fox Telecolombia queda en deuda en comparación con la original de Germán Escallón y Carlos Duplat. Mientras que la versión original movía y emocionaba con una trama superior en todos los sentidos, la adaptación de 2020 deja mucho que desear.

En esta nueva versión, parece que se priorizó más la apariencia de los actores que su talento interpretativo. Esto se refleja en la falta de autenticidad y profundidad en las interpretaciones. Todo en la nueva serie parece postizo, desde las actuaciones hasta los escenarios.

Los actores bien escogidos de la serie original y su estereotipo creíble, que reflejaba de manera auténtica las realidades urbanas, brillaban en la pantalla. En contraste, la remake actual se ve sobreactuada y artificial, careciendo por completo de naturalidad. La falta de conexión es evidente, convirtiendo la experiencia de ver la serie en algo aburrido y desalentador.

En lugar de ofrecer una historia bien contada y significativa, la versión del 2020 parece más un producto de consumo rápido y barato. Da la impresión de haber sido creada simplemente para llenar espacio en la parrilla de programación y hacerle campo a la publicidad, en lugar de ofrecer una narrativa auténtica y cautivadora.

En resumen, la nueva versión de "Amar y Vivir" no logra capturar el encanto y la profundidad de la serie original. Es una decepcionante sombra de lo que fue, y queda claro que no está a la altura de las expectativas.