Carlo Ponti una vez dijo: "El público no ve las películas con los ojos, sino con el estómago". No puedo culpar a alguien por intentar hacer un juicio moral de una obra de arte si efectivamente se mira con el estómago, pero creo también importante verla con los ojos.

La violencia lo queramos o no, forma parte de nuestra sociedad, de nuestro mundo contemporáneo, ya sea a través de algún crimen violento en algún callejón o a través de potencias bombardeando países por algún interés económico. Censurar la violencia es una estupidez, la violencia forma parte de nuestro mundo y queramos o no también de nuestra naturaleza y esta toma un rol muy importante en la expresión del ser humano.

Kim ki Duk lleva la violencia a los extremos de la expresión, y claro está que este es una de las características más distintivas del director surcoreano, pero no es una violencia gratuita o simplemente morbosa, es una violencia cargada de metáforas y simbolismos, y Kim ki Duk retrata a través de esta violencia, nos coloca en un mundo desolado gris y cromado, mostrando una faceta bastante poco acostumbrada de lo que tendemos a percibir como la capital económica de Seúl quizá mostrando la faceta más fea del libre mercado, lo repleta de personajes dignos de una novela de Dostoievski cuya única cosmogonía es la persecución del dinero.

Pieta es una obra cargada de metáforas y simbolismos, (solo entendiendo esto comprenderemos el actuar de los protagonistas) y es bastante claro que la obra apela a las emociones primarias de nuestro inconsciente, en donde los protagonistas deambulan a través de espirales de pasiones extremas, violentándose físico-emocionalmente, en donde el amor se confunde o se une con la violencia, la culpa y la soledad.
Estamos claros que no es una de las mejores de Kim Ki Duk, aun así creo que vale totalmente la pena verla.

P.D.: Para una apreciación más significativa de la película intente verla más con los ojos que con el estómago y por favor haga un esfuerzo de no tomar todo tan literal.

Uno de los principales tópicos del teatro de Bertolt brecht es el efecto de distanciamiento, este afirmaba que para que el público pudiera reflexionar de manera crítica y objetiva frente a la obra que se les presenta, este requería de un fuerte distanciamiento emocional, con el fin de evitar la catarsis. (No hay que ahondar demasiado para saber la influencia que este ha tenido en el cine de a mediados del siglo xx).

En la primera toma de vivir su vida podemos observar un primer plano de la protagonista con el rostro ensombrecido y un lúgubre acompañamiento musical, de un instante a otro la música deja de sonar, pero el rostro sigue ahí, este quiebre en la lógica de la narratividad vuelve en la siguiente toma y continua así durante toda la película, no parece ser una música que acompaña o que ayude a transmitir o acentuar una imagen visual, sino todo lo contrario. Busca quebrar de manera bastante brusca la inmersión del espectador en la escena.

Claro está que este no es el único ejemplo, entre las múltiples herramientas narrativas utilizadas por Jean-Luc Godard para crear este efecto de distanciamiento en vivir su vida, el más claro de todos es en separar la película en doce capítulos, ahora ya no se trata de una sola película con una estructura narrativa lineal, sino que se trata de 12 cortometrajes que van conformando la historia a través de una serie de situaciones (específicamente tituladas al comienzo de cada capítulo) que nos permite dilucidar aspectos de la historia que pareciesen a simple vista bastante inconexos pero que en las cuales cada una de estas situaciones tiene un significado y una esencia particular que van conformando en el espectador como en un rompecabezas una imagen global de la protagonista y de la historia.

En el capítulo 8 se escucha la voz del off del proxeneta hablando con la protagonista, mientras se observan escenas aleatorias de encuentros de la protagonista con los clientes. Narrativamente se produce un distanciamiento debido a que el dialogo y las imágenes no están en el mismo contexto comunicacional, escuchamos un dialogo que no se condice con las imágenes.

Con Jean-Luc Godard no solo es importante la historia en sí, sino también en cómo se cuenta y precisamente esta es la forma escogida por el director para poder manipular de cierta forma la experiencia cinematográfica.

Obviamente es imposible entender una película fuera del contexto de la época, de los movimientos culturales y de las dificultades propias de una producción. Vivir su vida es una obra minimalista que encuentra su belleza y su valor cinematográfico precisamente en la riqueza y estimulación visual de las imágenes, es para mí la obra más significativa de Jean- Luc Godard y tiene un gran valor cinematográfico por la manera de afrontar una historia a través de una estructura narrativa diferente y de ser el vuelco de tuerca en respuesta a un cine cada vez más artificial.