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Críticas de Escenas de Cine
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
6
6 de febrero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno se entera de que Steven Spielberg va a hacer una película sobre Abraham Lincoln y la Guerra de Secesión Americana, y que contará con Daniel Day-Lewis y Tommy Lee Jones como protagonistas, no puede evitar pensar que va a ser la cinta del año.
Sin embargo tras salir de la sala de cine tienes la sensación de que la realidad no le hace justicia a las expectativas.
Y no porque “Lincoln” sea una mala película (que no lo es) sino porque se pierde demasiado en los entresijos de las negociaciones entre demócratas y republicanos por la aprobación de la enmienda para abolir la esclavitud. Además carece del ritmo y la emoción suficientes para implicar al espectador. Durante muchos minutos de la trama te da la impresión de estar presenciando una tediosa clase de historia política con demasiados personajes secundarios que se olvidarán a los dos minutos de salir en pantalla.
Por suerte las interpretaciones de los tres actores principales son tan buenas que cada presencia de éstos en escena eleva el nivel del film notablemente. Si bien Sally Field ejecuta una vez más un excelente trabajo, los dos protagonistas masculinos realizan dos actuaciones que sin duda los colocan como grandes favoritos al Oscar al Mejor Actor y Actor de Reparto.
Daniel Day-Lewis se merece una mención especial como Lincoln. Sencillamente espectacular (a pesar de la horrible elección del actor de doblaje, que está a punto de destruir la labor del intérprete británico) en su papel de carismático y entrañable presidente americano. Sus posibilidades de hacerse con su tercera estatuilla de La Academia son del 99%.
Aunque el enfoque de la historia es demasiado pesado, no se le puede negar tener un guión más que correcto, con interesantes diálogos y algunas anécdotas cómicas que aligeran un poco el ritmo.
Como suele ser habitual, la dirección de Spielberg es exquisita, con un uso de la cámara mas suave y clásico de lo que nos tiene acostumbrados, pero igualmente sensacional. Llama la atención la búsqueda constante del perfil a contraluz de Day-Lewis para dejar bien claro que la caracterización de Lincoln está muy lograda.
En definitiva, una película de excelente factura técnica, bien dirigida e interpretada, aunque para muchos se hará larga y aburrida. Seguramente gustará a académicos y emocionará al pueblo americano, pero no perdurará en la memoria del público general como otras grandes obras del Rey Midas de Hollywood.

Lo mejor: Daniel Day-Lewis y Tommy Lee-Jones.

Lo peor: El ritmo plomizo de algunos tramos hace que por momentos desconectes por completo. Posiblemente el peor papel de los últimos años de Joseph Gordon-Levitt. El doblaje de Daniel Day-Lewis. Se echa de menos más protagonismo para la banda sonora de John Williams.
Escenas de Cine
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7
2 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una década después del estreno de “El retorno del Rey” Peter Jackson vuelve a la tierra media para rodar “El Hobbit: Un viaje inesperado”, precuela de la saga anterior. Es la primera película de una nueva trilogía, esta vez basada en la novela “El Hobbit” escrita también por J. R. R. Tolkien.

Pese a compartir territorio y algunos personajes con “El Señor de los Anillos” hay que aclarar, para evitar odiosas comparaciones, que el argumento de la trilogía del Anillo narra una oscura historia épica, mientras que “El Hobbit” es un relato fantástico de aventuras con una atmósfera mucho más infantil.
En este nuevo episodio nos situamos sesenta años antes del inicio del viaje de Frodo hacia Mordor, en la puerta de la casa de un hobbit llamado Bilbo que disfruta de una apacible tarde sin saber que, por un extraño motivo, un mago le ha escogido para ser el decimocuarto miembro de una pintoresca compañía de enanos que se dispone a reconquistar su tierra, arrebatada años atrás por un terrible dragón.
Jackson mantiene los pilares que ya le hicieron triunfar: una magnifica localización, fotografía y dirección artística exquisitas, maquillaje y vestuario perfecto y una factura técnica en la dirección elegante y detallista hasta el extremo.
Aunque la historia es bastante entretenida, el ritmo de la trama es un tanto irregular. En algunos tramos se recrea demasiado en los pormenores, en otros prolonga en exceso las escenas de acción, por lo que puede dar la impresión final de que sobran minutos.
El guión es ligero y algo superficial, algo lógico teniendo en cuenta que el grupo de enanos es bastante simple y cómico, y sólo Gandalf, Thorin (Rey de los enanos) y Bilbo le aportan algo de profundidad. Precisamente estos tres personajes destacan del resto en el aspecto interpretativo. McKellen (Gandalf) toma más protagonismo que nunca y realiza una vez más un gran trabajo, Armitage (Thorin) aporta un necesario aspecto duro y épico, mientras que Freeman (Bilbo) borda su papel de Hobbit bondadoso e intrépido. Sin duda una grata sorpresa.
Mención especial merece Andy Serkis como Gollum, regalándonos la mejor actuación de la película, así como la mejor escena.
Técnicamente la estética resulta convincente, aunque se abusa demasiado de los efectos visuales digitales y las imágenes generadas por ordenador (CGI), provocando en ocasiones un look de videojuego que no justifica el presupuesto de la producción.
Como contrapunto tenemos a un mejoradísimo Gollum, mucho más realista que nunca.
El departamento de sonido habitual de Peter Jackson demuestra de nuevo por qué está entre los mejores del mundo. Por su parte, Howard Shore, que ya nos enamoró con la partitura de "El señor de los Anillos”, realiza la mejor banda sonora de su carrera.

En definitiva, "El Hobbit: Un viaje inesperado" es el punto de partida de una emocionante aventura que si bien no tiene la enorme complejidad de sus películas predecesoras, conserva su fantasía visual, entretiene mucho y te deja satisfecho y con ganas de que se estrene la segunda parte.

Lo mejor: La simbiosis entre Peter Jackson y la Tierra Media. El encuentro entre Bilbo y Gollum. La banda sonora.

Lo peor: El metraje, un tanto exagerado para lo que cuenta. Algunos efectos visuales dejan bastante que desear.
Escenas de Cine
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6
23 de octubre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Looper" es sin duda una de las cintas de ciencia ficción del año.
Rian Johnson (Brick), también director de la misma, nos presenta un guión más que correcto y una idea "original" con numerosas referencias a varias obras de culto del género.
La historia se sitúa en Kansas, en el año 2042, donde una red de sicarios llamados Loopers reciben a través del tiempo a individuos condenados a muerte en el año 2072 por los sindicatos para que los ejecuten y se deshagan de sus cuerpos. El problema surge cuando uno de estos Loopers, Joe (Joseph Gordon-Levitt), recibe el encargo de liquidar a su yo del futuro (Bruce Willis).
La película empieza con fuerza, con un argumento intrigante y con peso moral. Visualmente poderosa, con un look decadente y con unos planos imposibles que conllevan escenas impactantes.
Los nombres de los protagonistas (Joe, Jesse, Kid...), sus dialogos rudos y directos y la estética de sus trabucos y revólveres son dignos del mejor western.
La cosa pinta bien y durante algunos minutos te vienen a la memoria títulos como “Minority Report”, “Terminator” e incluso “Blade Runner”. Tienes la impresión de estar a punto de presenciar algo grande. Pero a medida que avanza la trama va perdiendo consistencia hasta que la película se vuelve demasiado intimista. Abusa de giros de guión, pretende abarcar la mayor cantidad de géneros posible y deja de lado el hilo principal de la misma.
Lo que comienza con ingenio y frescura se convierte en algo mediocre y convencional. Tropieza con las típicas lagunas y paradojas de las historias de crononautas que tantas veces hemos visto en las salas de cine, alguna de ellas quebrantando la premisa principal del argumento.
Gordon-Levitt realiza un trabajo convincente, pero algo por debajo de sus posibilidades. Parece empeñarse más en mimetizarse con su yo del futuro que en interpretar a su personaje. La actuación de Bruce Willis es una de las sorpresas más inesperadas y gratificantes, sin miedo a mostrar un personaje más profundo y vulnerable de lo habitual, recordándonos su gran actuación en “12 Monos”, aunque con alguna escena de acción 100% Willis.
Como resultado final tenemos un filme interesante y sin complejos, que no consigue mantener el excelente nivel inicial durante todo el metraje y termina por contagiarse del mundo que describe cayendo poco a poco en la decadencia.

Lo mejor: La primera mitad de la película. Los diálogos entre Joe (Gordon-Levitt) y Joe(Willis).

Lo peor: La segunda mitad de la película. Las incongruencias y lagunas del guión cuando se acerca al final.
Escenas de Cine
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7
17 de diciembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una carrera plagada de éxitos a sus espaldas y con dos Oscar de la Academia en su haber, el camaleónico director taiwanés Ang Lee (Tigre y Dragón, Brokeback Mountain) nos presenta esta preciosa aventura basada en la novela del mismo nombre del escritor canadiense Yann Martel.

“La Vida de Pi” cuenta la historia de Piscine Patel, un joven indio que vivió un tortuoso naufragio en el océano pacífico cuando viajaba con su familia y sus animales a Canadá.

Ésta es una de esas películas que se termina de asimilar una vez reposada. El poderío visual impacta de tal manera que disfraza el auténtico trasfondo de la trama y el tardío clímax de la misma provoca que se mantenga en tu cabeza unas cuantas horas después de verla.

En esencia nos encontramos con un dilema espiritual sobre la creencia teológica y la búsqueda de la esperanza a través de la fe y su antítesis racional, dando como resultado un pseudo-adoctrinamiento religioso en forma de parábola cinematográfica del siglo XXI.

Por suerte todo esto queda eclipsado por el imponente espectáculo sensorial proyectado en la pantalla. Ang Lee demuestra una vez más su enorme capacidad para enternecer y conmover al espectador. En esta ocasión apoyado en unos excelentes y coloristas efectos visuales, fundamentalmente gracias al uso de algunas de las mejores CGI (Imágenes generadas por ordenador) de los últimos años. Sobre todo hay que recalcar el realismo conseguido con los animales.

Algunas de las escenas rodadas en alta mar transmiten un dramatismo extraordinario, elevando el ritmo de la película que, por otra parte, resulta demasiado pausado durante algunos momentos.

Como guinda del pastel tenemos el trabajo de fotografía de Claudio Miranda, del que habría que destacar especialmente la iluminación del océano más bella que se recuerda. Sin duda en este apartado parte como máxima favorita para los Oscar.

Un guión más que correcto y un trabajo actoral muy convincente (sobresaliendo del resto la interpretación de Irrfan Khan como Pi adulto) completan una película notable, con un subtexto filosófico muy interesante, y una puesta en escena que sorprende y emociona.

Lo mejor: El tono amable del primer tercio de la cinta. La narración del naufragio. Los efectos visuales y la asombrosa fotografía. Es de agradecer que no se trate de humanizar a los animales, y se muestren tal y como son.

Lo peor: En algunos momentos se redunda demasiado en el tema religioso. La manía que tienen algunos guionistas de explicar lo sucedido, menospreciando la inteligencia del espectador y eliminando la satisfacción de interpretar y concluir personalmente.
Escenas de Cine
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9
15 de noviembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
François Ozon (“El tiempo que queda”) dirige esta exitosa película ganadora del premio Fipresci del Festival de Toronto, así como la “Concha de Oro” a la mejor película del último Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde también se premió su guión.
La historia se centra en Germaine (Luchini), escritor fracasado y profesor de literatura francesa que ha perdido la motivación por enseñar debido al pésimo nivel académico de sus pupilos. Al inicio del curso, comienza a sentirse atraído por las redacciones de un nuevo alumno, Claude (Umbauer), y decide ayudarle a explotar su talento.
Relato a relato Ozon te introduce en un fascinante viaje, con un punto de partida cómico-satírico a la altura del mejor Woody Allen, y que conduce hábilmente hacia un thriller de suspense en el que las sutiles diferencias entre realidad y ficción te mantienen perplejo y cautivo hasta el final.
Intenso e inteligente, el guión de la película (obra del propio director, adaptado de la novela "El chico de la última fila" de Juan Mayorga) adopta una exquisita puesta en escena gracias a las notables interpretaciones del reparto.
A través de éstos y de sus ingeniosos diálogos y relaciones presenta todos los vicios, carencias, virtudes y deseos de la clase media francesa.
Apoyado en su emocionante banda sonora, el filme transcurre con un ritmo tremendamente ágil que en ningún momento decae.
En definitiva, François Ozon sorprende con esta novela cinematográfica que divierte, enseña y perturba, juega con el espectador al igual que con sus personajes y te mantiene en todo momento con todos los sentidos clavados en la pantalla.
De lo mejor del año.

Lo mejor: el penetrante trayecto de la comedia al drama. El juego entre realidad y ficción. Las referencias literarias y los guiños a clásicos del cine (En especial las similitudes entre el sultán de "Las mil y una noches" y el profesor, ávido de historias. Espectacular la escena final como homenaje a "La ventana indiscreta" de Hitchcock).

Lo peor: su cartel de cine de autor impedirá que llegue a la mayor parte del público.
Escenas de Cine
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