Confieso que quizás sea un espectador extraño. La clase de espectador al que le gusta el cine independiente pero que odia profundamente esa necesidad de los directores de este corte de alargar hasta el aburrimiento sus largometrajes. ¿Acaso no saben contar las películas en menos tiempo? ¿O acaso creen que recrearse en escenas que no aportan nada va a llamar positivamente la atención de 'entendidos" y de críticos petulantes?
Qué pereza, en serio.

La principal crítica que se le puede achacar a esta película es la falta de argumento, la falta de historia. Se trata de una serie de acontecimientos que no toman rumbo a ninguna parte y es imposible quedarse con una historia concreta (el clásico INTRODUCCIÓN, NUDO Y DESENLACE). Tres simples fases de las que carece esta película.
Podríamos decir que terceras partes nunca fueron buenas.

Se aprecia la calidad en cualquier aspecto de la película: guión, imagen, dirección... Es una película de las de no olvidar jamás. Una película que puedes ver cien veces y cada vez es como la primera. Nunca deja de emocionarte.

Es cierto que la historia, el argumento, es un tema "de toda la vida". Sin embargo, existen películas en las que prima el guión, otras la interpretación, otras la actuación... En este caso, yo diría que la fotografía y el contexto son en lo que debemos fijarnos.
Si nos centramos en la increíble originalidad de los paisajes, de los seres que habitan el planeta, de la cultura de los habitantes, podríamos decir que es sin duda una magnífica película que la academia no ha valorado como se merecía.

Una historia que prometía se pierde por un camino a ninguna parte. La original historia resulta ser la historia de siempre con un final, lo menos, flojo y poco original.
Incluso me atrevería a decir que la propia Belén Rueda (a la que admiro como actriz) se da cuenta al final de la película de lo pobre que es y se aprecia un descenso de la calidad en su interpretación.