Creo que la puntuación no es justa. Es divertida, original y tiene unos personajes defendidos con éxito. El esfuerzo de los actores me infunde respeto. Es muy entretenida, original y llena de sorpresas. No llega a ser pedante. Para ser honesto, hay escenas en las que preferí no mirar la pantalla. Pero fueron la minoría.
Creo que los actores hicieron un gran trabajo y que la historia es buena. Disfrutable, amable y sin pretensiones. Y sobre todo: entretenida. Yo empaticé con las interpretaciones y esto se agradece. Te dejas llevar y engancha. A disfrutar.

Taylor Russel lidera una historia original y bien rodada, pero que me ha resultado bastante desagradable. Es tan triste y lenta que no he disfrutado. No fui capaz de creerme el argumento en toda su proposición, y a duras penas el vínculo que une a los personajes. Planos interminables y fundamentalmente, el silencio. Pero el planteamiento emotivo del director creo que es interesante y ambicioso.

La falta de un resquicio de esperanza es rodada con normalidad e imparcialidad. La historia de sus personajes
es presentada sin juicios y etiquetas, y pienso que esto algo muy complejo y tiene mucho mérito. Este ejercicio cinematográfico se agradece muchísimo.

Y sobre todo su originalidad. Es importante que valoremos historias originales cuyo fin no es agradar al espectador. No se percibe arrogancia y tampoco condescendencia. Es honesta y mantiene ese nivel hasta el final.

Mención aparte merece el personaje interpretado por Mark Rylance. Sorprendentemente inquietante y turbador. Fabulosamente interpretado, cada actuación desprende una ausencia emocional que agobia y tensa el ambiente cada segundo.

Interesante. Una historia amarga y desesperanzadora de normalidad inalcanzable.

Es tan reconfortante tropezarte con películas como esta... Es brutal, descarnada y sientes una tensión constante. Los planos son fabulosos. Los personajes desprenden autenticidad y las actuaciones son geniales. Cómo no, Luis Zahera al frente del reparto está sensacional.

La historia es "real", no se perciben grietas y te sorprende constantemente. Lo que esta narra puede estar sucediendo ahora mismo en cualquier rincón de nuestro mundo. La confrontación entre el estancamiento personal y un proyecto de vida. Entre lo local y lo extraño. Entre lo profundo y la naturalidad.

Otra historia de violencia que se mantiene firme en su mensaje. El odio infinito que nace de la ignorancia. La envidia más inquietante del fracaso personal se muestra sin adornos. No sobra ninguna escena. Geniales también Foïs y Ménochet en sus representaciones.

Felicidades, señor Rodrigo Sorogoyen.

Con ilusión la comencé a ver porque me pareció original la idea y me la recomendaron. No entiendo el asunto. Quizás sea un tema generacional, no lo sé, pero si es verdad que esto les gusta, el mundo se fue a la ......

La película es buena. No hay dudas. Pero no me gustan nada los juegos psicológicos extremos. Tiene las armas suficientes como para hacerte sentir..., como mínimo, algo de asco la verdad.