Es una película potente, con buenos actores como Neeson, Rea y Rickman, que a mi juicio muestra con éxito el proceso de liberación irlandés post primera guerra mundial, sus complejidades (independencia absoluta versus autonomía negociada), la división interna ( De Valera- Collins), el conflicto religioso, y el fermento para el surgimiento del IRA. Gran película.

Tenía fundadas esperanzas antes de ver esta película, ya que "el ocaso de los dioses" me había impresionado profundamente, pero lo cierto es que Ludwig me decepcionó. No por los actores(magníficos Helmuth Berger, Trewor Howard, Rommy Schneider, Helmuth Griem), ni por el vestuario y ambientación histórica (impecable), sino por otra cosa; la utilización por parte de Visconti de la figura del rey Bávaro, falseándola hasta el límite del sadismo y mal gusto, para poder hacer encajar en el guión su leiv motiv; mostrar a la aristocracia en una progresiva y denigrante decadencia.
Para empezar, Ludwig II no dilapidó las arcas fiscales para la construcción de los castillos que hoy son fuente inagotable de fama, recursos y turismo para Baviera_amén del enorme desarrollo que hasta hoy ello derivó en la construcción especializada de artesanos_, sino que los financió de su propio peculio.
Llama la atención que durante las cuatro tediosas e irritantes horas de filmación, no exista ninguna panorámica de Neuschwanstein; claro, su belleza no calza con la imagen infame que Visconti le otorga a su creador, un eufórico, degenerado,indolente Rey, con una sonrisa cubierta de un sarro negro horrible.
Infamia que se prolonga al mostrarlo como un no monarca, llegando hasta lo inverosímil (el Rey debía firmar las leyes de Baviera, sin embargo no aparece en esa labor en toda la película), un Rey que no trabaja (Ludovico siempre pasaba un mínimo número de meses en Munich, la capital, en labores de Estado, algo que no existe en el filme).
Tal como en "Senso", "El ocaso de los Dioses" o "Muerte en Venezia", a Visconti le rinde frutos su insistente temática de la decadencia germana, pero en este caso simplemente se le pasó la mano.

Película entretenida, típica trama y belleza del cine de los 50. Lo mejor de la película sin duda es Hope Lange, hermosísima, provoca la nostalgia de un sueño inalcanzable.
Stephen Boyd también tiene una destacada intervención. Meses después interpretaría el papel de Mesala en Ben Hur.

Película que refleja de manera muy acertada el clima político y social de la segunda mitad del siglo XIX en Centroeuropa.
Por un lado, una Monarquía con 600 años de lazos con la iglesia católica, los Habsburgo, conservadora, en una sociedad de escasa movilidad social, de moral castigadora, que se ve enfrentada a la necesidad de cambio ante un mundo que progresa al alero del liberalismo (EEUU, Inglaterra particularmente), generador de oportunidades, progreso y ascenso social.
Pero por otro lado, este liberalismo aparentemente inocuo, se sirve para el afianzamiento de su ideario de los movimientos nacionalistas, alianza entre la industria y los fanáticos Chauvinistas que desencadenará décadas después dos horrorosas guerras mundiales que destruirán el extenso mundo germano-húngaro, tanto territorial como en términos humanos.
El joven Principe heredero de Austria-Hungría, Rudolph, tiene clara la ecuación correcta; más libertad y desarrollo social, progresiva pérdida de influencia de la iglesia en las decisiones políticas, inversión en desarrollo tecnológico, pero por otro lado, contener a los grupos nacionalistas pangermánicos, magiares y checos que amenazan la estabilidad del Imperio, su diversidad cultural y la seguridad de los grupos étnicos minoritarios, en este Imperio pluriétnico de territorios compartidos por muchos pueblos en convivencia(así por ejemplo, en la actual república checa, en la época de la película Reino de Bohemia, convivían en relativa paz checos, judíos y alemanes), un mundo que todavía no enfrentaba la división artificial del territorio europeo post Versalles y Triannon, que implicó abusos a las minorías, deportaciones, y, finalmente, las muertes masivas.
Rudolph ve como su padre, Francisco José, es conducido en forma progresiva al abismo por Taafe, su primer ministro, con políticas conservadoras y en materia exterior, la alianza con la victoriosa de Sadowa, una Alemania militarista, nacionalista y agresiva.
Rudolph tiene la idea(similar a la actual Comunidad Europea), pero las cicatrices de su infancia, y el entorno palaciego labrarán su trágico futuro.
Bella fotografía, sólida ambientación de época, gran actuación de Omar Shariff como mentor y amigo del joven Rudolph.

Esta película puede ser apreciada desde variados ángulos.
Por una parte, el histórico, un botón más, una muestra de la crónica y sistemática agresión ha que ha sido sometida la nación polaca ( sólo en el siglo XVIII hubo tres reparticiones territoriales, teniendo como beneficiarios a Rusia, Prusia y Austria de los Habsburgo, este último quizás el único que otorgó un trato civilizado e integrador a los polacos de la Galitzia), donde el catolicismo ha jugado un papel aglutinador de la identidad de este pueblo para sobrevivir.
En lo político, expone de una manera un tanto distante y contenida- pero no por eso menos brutal-, la naturaleza del marxismo bolchevique, con una ideología que plasma como estrategia y hoja de ruta la mentira orgánica, ideología con pretensiones pseudorreligiosas(si, la aspiración del hombre nuevo), en que para crear las condiciones de la dictadura del proletariado se requiere exterminar a aquellos sectores que sostienen la estructura social, basicamente el ejército aristocrático, la iglesia y el mundo universitario.
En el ámbito de las reacciones humanas, la trama da cuenta de un hecho que se repite en los genocidios practicados por la izquierda: las víctimas, frecuentemente familias conservadoras, respetuosas del orden social, o extremadamente humildes, como en el caso de los campesinos masacrados, tienden a aceptar con estoicismo el destino de sus familiares, sin venganzas, sin resentimientos, sino con la nostalgia y el recogimiento que les otorga la fé y los dictados de la decencia.( Paracuellos es una muestra más, 5.000 asesinatos en las cercanías de Madrid que hoy apenas nadie recuerda.)
La película aparece por momentos como fría y distante, es cierto, creo que ello es deliberado, el mensaje es que al analizar estos temas debe hacerse con la mente fría, para no caer en la trampa de las ideologías, que buscan incubar en el ser humano los instintos de agresión, odio y resentimiento , para así desestabilizar el orden social y, en definitiva, transformarnos en monstruos.