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España España · LA CORUÑA
Críticas de migfersaav
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Críticas 113
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
4 de mayo de 2024
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seré muy breve. Para que una película de este tipo funcione, es indispensable que haya mucha química entre los actores principales. Y sí, la hay, a borbotones. Mucha. Y eso engrandece esta película.

Una deslumbrante y carismática Anne Hathaway, que hace un papelón, y un Nicholas Galitzine soberbio y espectacular en su papel, hacen de una historia aparentemente simple y poco atractiva, una película que es todo lo contrario. Hay electricidad, hay magnetismo, hay pasión, hay amor, hay momentos para la alegría y la diversión, y momentos de emoción y sentimiento. Sorprende el grado de profundidad que consigue la película, a partir de un inicio plano, que me hacía pensar en la típica comedia estúpida y sin argumento, que caería en todos los tópicos ... y puede que lo haga. Hay varios tópicazos, pero el director los trata con tanta elegancia, tanta ternura y de forma tan brillante, que cuando cae en ellos, los pisa y los reduce a polvo.

Anne Hathaway lo borda. Te la crees. Su coprotagonista, Nicolás Galitzine, consigue algo que parece imposible, estar a su altura, darle réplica, y ser incluso capaz de robarle algún fugaz plano a una Anne Hathaway desatada. En realidad, ambos actores comparten el protagonismo casi por igual (aunque Anne Hathaway está un pelín por encima), con unas interpretaciones electrizantes, desplegando muchísimo carisma, de tal forma que impresiona la química que comparten ambos a lo largo de toda la película, rematado con una secuencia final hermosísima y cargada de sentimiento.

¿Tiene pequeños fallos? ... sí, los tiene, pero son tan pequeños, tan insignificantes, que casi no reparas en ellos. Su inicio, lento y algo inseguro, es quizás la peor parte. Pero luego remonta a lo bestia, poco a poco, con un gran final.

Mucho talento tiene su director. Se nota en los planos, en el cariño que pone en desarrollar a los dos personajes principales, y dotarlos de alma y sentimiento. En el debe, quizás, lo poco que pintan en la pelicula los actores secundarios, muy poco desarrollados, aunque el director consigue arrancar algo de cada uno de ellos en el momento preciso.

Una película muy distraída y romántica.
migfersaav
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6
4 de mayo de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una serie que se ve en un suspiro: 4 episodios dura la primera temporada. Una narración demasiado apurada que se ambienta en la Inglaterra de Enrique VIII, nos presenta una historia misteriosa de asesinatos en un monasterio, en la que unos actores decentes (especialmente el siempre solvente Sean Bean, y un Anthony Boyle muy brillante) hacen lo que pueden por sacar a flote una historia cogida con pinzas, en la que se pierden muchísimos matices y detalles, y que trata de emular en esta primera temporada, el éxito de El nombre de la rosa, aunque esta serie está muy, muy lejos (a una distancia sideral), de la genial película de Jean-Jacques Annaud.

La serie adapta la primera novela del tristemente fallecido, C. J. Samson, pero su representación en pantalla, solo rasca sobre la superficie, carente de toda profundidad. No ayuda que sean 4 capítulos, porque la serie se ve forzada a ir a toda velocidad, sin pararse en detalles, ni intentar dar contexto o perfilar a los diferentes personajes de esta acelerada historia, que quedan completamente desdibujados, como si fuesen un decorado. Todo transcurre tan rápido, que a veces produce una risa involuntaria, ante el devenir frenético de la historia, que apenas explota el potencial de la misma.

El guion y el director, apenas dan unos brochazos gruesos para perfilar al actor principal, un poco expresivo Arthur Hughes que interpreta al abogado Matthew Shardlake, y menos aún para su ayudante, un brillante Anthony Boyle, que sin embargo, con un papel aparentemente menor, consigue que su interpretación destaque sobremanera, y es capaz de sacar petróleo de su rol, siendo su interpretación, lo mejor de la serie.

Sin embargo, y esto es lo bueno, la serie se deja ver, y aunque el desarrollo sea a trompicones y de forma muy dispersa y precipitada, lastrada por su corta duración, nos hace seguir la historia hasta la resolución del misterio.

Al final, la serie es un pasatiempo ligero, que quizás con algo más de detalle y cariño por la historia y sus personajes, podría haber sido una buena y más atractiva serie. Se deja ver, pero cuando acaba, te quedas con una cierta sensación de insatisfacción, por el descuidado resultado del producto y su narración dispersa. Sin embargo, a la vez, es lo suficientemente atractiva, para que sientas curiosidad por saber que les deparará el destino a los dos protagonistas principales, y que nuevos misterios les esperan.
migfersaav
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4
22 de marzo de 2024
17 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comparada con este remake, la película original de 1989, interpretada por Patrick Swayze y Kelly Lynch, parece una puñetera obra maestra, cuando está lejos de serlo. La película original, no era ningún prodigio, pero se dejaba ver, y al menos tenía un guion original y coherente, y era un producto disfrutable y original, con unos personajes muy bien definidos.

Esta película quiere ser diferente a la original, y fruto de ello acaba convertida en un bodrio sin ideas, sin trama, con unos personajes mediocres y mal definidos, cuyas apariciones en la película rozan el absurdo, dentro de una trama incoherente y deslavazada, que nunca te crees, y que parece cortada y montada a machetazos, donde varios de los personajes que aparecen no tienen apenas influencia en la trama y sus hilos argumentales no se desarrollan en lo más mínimo.

Estamos ante una película mediocre, desangelada, en la que nunca te crees a Jake Gyllenhaal en su papel de portero del garito de turno. Al director parece importarle un pimiento el argumento, la historia y sus personajes, y prima por encima de todo un espectáculo visual, con una fotografía demasiado luminosa, que rehúye los ambientes oscuros, más típicos de los locales de carretera. Al final, el director solo se dedica a exhibir los musculitos (y el culo) de unos macarras Jake Gyllenhall y Conor McGregor, y sus ridículas peleas, olvidándose de la historia que debería subyacer en la trama, un hombre duro, que ejerce una profesión dura, y que trata de hacer su trabajo y proteger un local de carretera, del que quiere apropiarse injustamente y por la fuerza, un hombre rico y poderoso.

El problema es que se esbozan diversas tramas, pero todas resultan inconsistentes, inexplicables o sin ningún sentido. Incluso nos intentan colar un atisbo de trama sentimental, metida con calzador, rebuscada y absurda, en la que no te crees a Daniela Melchior, ni al bueno de Jake Gyllenhaal, y en la que los dos protagonistas parecen sentirse ridículos.

Además, casi se abandona por completo la trama del bar, que parece ser una excusa para que su protagonista se convierta en una especie de boina verde ridículo, con conocimientos hasta en explosivos, y cuya única habilidad parece ser la de dar mamporros a diestro y siniestro, aparentando que no le gusta hacerlo, y que su pasado le atormenta.

En cuanto al reparto, pocas veces se puede ver la falta de definición de tantos personajes en una misma película. Se abren varias tramas, y no se desarrolla ninguna. La película está llena de mensajes vacíos que se convierten en eslóganes sin contenido alguno, llena de un montón de ideas sin el más mínimo desarrollo, todas ellas envueltas en unas peleas que la mayoría de las veces rozan la autoparodia.

Vemos a un desenfrenado Conor McGregor, hacer el papel de un descerebrado macarra, que le va como anillo al dedo. Lo malo, es que se nota demasiado que no es actor y carece de dotes para tal menester, y solo es capaz de lucir un único registro de macarra desquiciado-alucinado. Evidentemente no voy a discutir sus dotes para la lucha, pero como no sabe actuar, desde el principio hasta el final su personaje resulta grotesco.

El CGI es penoso. Y las peleas y las acrobacias, producen absoluta incredulidad e incluso malestar. Me revuelvo en el sillón varias veces, viendo las acrobáticas y desmesuradas piruetas aéreas del protagonista y los villanos de turno (por llamarles de alguna manera, por que son más dignos de lástima que otra cosa), y todo ello, viendo a un actorazo como Jake Gyllenhaal, malgastar su enorme talento en este subproducto.

Los malos de esta película, Billy Magnussen y Conor McGregor, en la película parecen un un par de payasos con ínfulas de actores, que sin duda podrían aprender algo de la magnífica caracterización de Ben Gazzara, como el villano de la película de 1989.

Con estos mimbres, es difícil crear algo mínimamente coherente. A sabiendas de ello, el director opta por camuflar la falta de guión, con la vistosidad de las peleas en las que aparece Conor McGregor, y con explosiones e inverosímiles acrobacias aéreas, en las que vemos saltar por los aires a los protagonistas, que se recuperan milagrosamente de aparatosas y mortales caídas, como si no hubiese pasado nada.

Tan absurda es la trama, que podrían haber caracterizado a Jake Gyllenhaal como un ex boina verde, y el resultado hubiese sido seguramente más creíble. Por lo demás, la trama del bar, parece más una excusa, para poder decir que es un remake de la película de 1989, que una parte necesaria del argumento de esta historia.

Se echa mucho de menos el magnífico papel secundario de Sam Elliot en la versión de 1989, que daba mucha profundidad a la película, y que han borrado de un plumazo.

Lo dicho, esta versión es una absoluta mediocridad, indigna de su director, un perdido Doug Liman, que es incapaz de definir una trama o un personaje, en las 2 horas que dura la película.

Lo peor, es que todo apunta a que se acabará rodando una segunda parte. Pero conmigo que no cuenten. Voy a ver si veo otra vez la original de 1989, con Patrick Swayze, para quitarme el mal gusto que me ha dejado esta chorrada.
migfersaav
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7
9 de marzo de 2024
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena serie, con un buen reparto y una trama interesante, que mezcla cosas de Layer Cake, y las películas de Guy Ritchie, Snatch. Cerdos y diamantes y, con el mismo título de esta serie, The gentlemen: los señores de la mafia que, todo hay que decirlo, son las tres muy superiores a esta serie.

Pero eso es lo bueno y lo malo de esta serie. Lo bueno, porque es una serie bien hecha, con una trama interesante y un reparto que, en general, está a muy buen nivel. Lo malo es que, Guy Ritchie se copia a sí mismo, y si has visto todas o alguna de las tres películas antes referidas, esta serie te va a sonar a algo ya conocido, y la trama se desvela fácilmente, mucho antes del final.

Aún así, se disfruta de una experiencia de buen cine, porque Guy Ritchie ha rodado algo parecido a una película de 8 horas, en la que sólo el protagonista principal desentona, un Theo James que no da la talla en el papel principal. Aún así, la serie tiene un inicio que te engancha, pero adolece de una notable falta de ritmo, que se acentúa en los últimos capítulos, en los que el guion toma atajos fáciles y malas decisiones, malogrando lo conseguido hasta ese momento.

Además, la serie se deja ver con agrado, y el reparto (a excepción del sosísimo Theo James), hace que sea una experiencia muy agradable y original. Una deslumbrante Kaya Scodelario da un paso más, para demostrar que está a la altura de mayores metas, lista para saltar definitivamente a la gran pantalla. Nunca defrauda, y borda un papel complejo, lleno de matices. Su papel es, junto a Vinnie Jones, lo mejor de la película. Vinnie Jones tiene un pequeño papel, pero su calmada actuación, deja poso y un muy buen sabor de boca. El resto del elenco está muy bien en sus papeles, con unos Giancarlo Esposito y un Ray Winstone encasillados en unos papeles que no están bien definidos y que están llenos de clichés, pero que suman más que restan a la trama, por lo que se agradece su aportación. También luce espectacular una Joely Richardson, que borda su papel.

El principal lunar, como decía, es un Theo James que no está nunca a la altura, y que pone siempre la misma carita de niño guapo, incapaz de imprimirle carácter a su personaje, y que se nos acaba atragantando.

Por lo demás, es una serie muy disfrutable e interesante que, a pesar de incurrir en múltiples clichés, no por ello es menos interesante, y te engancha desde el principio. De hecho, el final es coherente con la trama, y aunque cierra la trama satisfactoriamente, incluso deja una puerta abierta a una segunda temporada.
migfersaav
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5
2 de marzo de 2024
354 de 510 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que no voy a hacer amigos con esta crítica, pero creo que no seré el único que se ha sentido insatisfecho con esta película, sobre todo si has leído y disfrutado la genial novela de Frank Herbert. Yo no voy a glorificar la película por su poderosa estética visual. Prefiero ser honrado conmigo mismo, y decir lo poco que me ha gustado, sobre todo su parte final.

Al igual que la primera parte, esta película es muy fría, carente de alma y corazón. Tiene unos acertados 50-60 minutos iniciales, y luego cae en picado, descarrilando hasta rayar en el ridículo. El que no ha leído a Frank Herbert disfrutará de esta segunda parte, sin saber lo mucho que se aleja de la novela, más que su predecesora (la primera parte), con un final desangelado y anticlimático, muy diferente en esencia, al del libro de Frank Herbert, y caracterizando unos personajes con mucha fuerza al principio, pero que se van desdibujando a pasos agigantados a lo largo de la historia, hasta casi caricaturizarlos en un final aciago, "made in" Villeneuve, su director, en el que solo prima el espectáculo visual, con una devastadora ausencia de emociones o pasión. Reconozco mi creciente animadversión hacia un director, al que solo parece importarle el poder de sus imágenes, y no la historia que narra, extremo reconocido por el mismo estos días, cuando afirmó que no le gustan los diálogos y que solo le importa el poder de las imágenes.

Si buscas fidelidad a la novela, como yo, te vas a llevar un buen chasco. Si buscas una historia sólida, al final te verás defraudado. No reconocerás a los personajes principales, salvo unos buenos Zendaya (aunque el director no le hace ningún favor con tanto planito estilo anuncio de perfumes), Austin Butler y Rebecca Ferguson, en sus respectivos roles. Quien vio al sosainas de Austin Butler, en Las crónicas de Shannara, se llevará una sorpresa con su caracterización como Feyd-Rautha Harkonnen, muy lograda, mejorando infinitamente a Sting en el Dune de David Lynch, de 1984.

Por lo demás la película no es del todo anodina, porque algunas escenas de acción están muy bien ejecutadas, pero se malogran ante el estéril e infantil planteamiento religioso-fundamentalista de esta segunda parte, que se apodera de la segunda mitad de la película.

Tymothée Chalamet, sigue el mismo rol torturado de todos sus papeles, y va perdiendo presencia según va avanzando el metraje, hasta convertirse en una histriónica figura, muy alejada del carácter duro y sabio que tiene en el libro su personaje. Zendaya hace lo que puede, sobre todo al principio, pero luego sufre mucho ante la inverosímil y contradictoria forma de actuar que plantea el inefable guion, entre Paul Muad'Dib Atreides y ella.

Los secundarios quieren, pero no pueden, o no les dejan. Bardén empieza bien, pero acaba convertido en el bufón de la corte, sin posibilidad de hacerse respetar. Mi idolatrado Christopher Walken, compone el peor papel que le recuerdo, y aparece fosilizado y casi caquético. Rebecca Ferguson, de lo mejor de la película, salva los muebles con un personaje interesante y lleno de matices. A destacar una Léa Seydoux, con un papel breve y poco relevante, pero intenso, en el que destaca espectacularmente.

En cambio, Josh Brolin, coincide con el arranque de la peor parte de la película, y su personaje se pierde en la mediocridad final de la película. Dave Bautista deambula por la película, en un papel estúpido, que pierde todo el sentido y la coherencia con acciones muy discutibles del guión. El resto del elenco, tiene roles poco importantes, haciendo lo que pueden, ante un director que filma de una manera endiabladamente buena visualmente, pero que es incapaz de emocionar o empatizar con el espectador.

Reconozco que llegué a disfrutar el inicio de la película, un más que aceptable primer tercio, y pensé que el director iba a ser capaz de enderezar el rumbo, pero a partir de ahí, la película desciende hasta los infiernos, buscando un final en el que Zendaya no se conforme con el rol que le dio Frank Herbert, y muestre una hostilidad hacia Paul, muy alejada del caracter que ejerce su personaje en la novela.

No entiendo al director, Denis Villeneuve, ni su afán por fanatizar a los fremen de una forma tan grotesca y apartarse notablemente de la novela, ni la idea que tenía en la cabeza cuando rodó un final abrupto, atropellado, anticlimático y, sobre todo, muy frío, casi glacial. La última parte, es tan, tan, tan fría, tan carente de sentimientos, que me impide disfrutar de la venganza y me deja absolutamente insatisfecho. Y si algo caracteriza la novela, una de las mejores de ciencia ficción que se han escrito, es que, entre otras cosas, es una historia de venganza.
migfersaav
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