Escucho Metallica desde los 11 años. Nunca olvidaré aquel recopilatorio que me pasó mi antiguo cuñado; después me hice con el Black Album, Ride the Lightning, …And Justice for All, etc. Casi me echo a llorar de la decepción cuando, después de hacer cola en la tienda discos, ojeé el libreto del Load y lo puse en mi discman. Con 14 años los vi en directo en Barcelona en la gira de 1996 y quedé impresionado. Después fueron llegando una de cal y otra de arena: Garage Days, S&M, Sant Anger, Death Magnetic… y nunca falté a ninguno de sus conciertos en Barcelona… incluso me desplacé a otras capitales de España para verlos en directo.

Se puede decir que amo a Metallica, he crecido con su música, he visto todos sus VHS oficiales y algunos extraoficiales y, bajo mi punto de vista, Through the Never es un producto excelente. Si bien no transmite la rabia de los conciertos de las giras de los 80, el nivel interpretativo es alto y los medios técnicos mejores. Es un gustazo ver en HD, y con sonidazo, un concierto de Metallica en la gran pantalla. La historia paralela al concierto, si bien nos ofrece algunas escenas visualmente potentes, es lo de menos, incluso diría que prescindible.

A estas alturas, Metallica está más allá del bien o del mal, de los críticos y de los estereotipos, son demasiado grandes, y casi todo lo que hacen genera tendencia. Arriba esos cuernos!!!

P.D. He echado mucho en falta Seek & Destroy en el set list

En la línea de lo que hacía en el panorama musical, Rob Zombie lleva a la pantalla una historia estimulante, provocativa y soez hasta la médula, pero esta vez con algo más de gracia y frescura que su música; y a pesar de la falta de originalidad debido a la gran cantidad de guiños, homenajes y múltiples referencias a otras películas, consigue un buen producto cinematográfico que entretiene y muestra desenvoltura tras las cámara y un amplio conocimiento del cine de acción y terror de las últimas 3 décadas.

A pesar de todas las virtudes de la cinta, deja cierto vacío, a mi parecer, por el escaso argumento de la historia que podríamos resumirlo en una frase ‘un puñado de desequilibrados que se excitan torturando y asesinando’.

El cualquier caso Los Renegados del Diablos es una cinta distraída, con un buen montaje y muchos de los elementos que se esperan encontrar cuando te dispones a ver una película de este tipo: violencia explícita, brutalidad, situaciones desagradables (moralmente), humor negro, una seductora estética retro, en ocasiones una atmósfera angustiante y acción de principio a fin.

Mención especial merece la excelente banda sonora, utilizada inteligentemente durante toda la película: fantástico el efecto que provoca escuchar una canción tranquila mientras se están sucediendo una serie de violentísimas y frenéticas escenas… un contraste fantástico que da una nueva dimensión tanto a la canción como a las imágenes.

Si te gustó la Matanza de Texas o eres seguidor de Tarantino no te la pierdas, para el resto de público puede resultar vulgar y desagradable.

Una semana después de ser enterrados vuelven a la vida; una ruinosa forma de vida, sólo merecen un tiro en la cabeza. Un accidente de autocar con decenas de muertos… una semana después en el cementerio… imagina lo más fabuloso… y dale unas cuantas vueltas de tuerca… y rápido, no sea que la historia se nos haga lenta y aburrida… Michele Soavi, con más de 15 películas y series de televisión dirigidas en poco más de 20 años te vuela la cabeza con Dellamorte Dellamore.

Sorprende el mirar el display del reproductor y ver que han transcurrido 20 minutos de película, cuando tu sensación es que llevas al menos tres cuartos de hora viendo cine de zombies y que la cinta ya ha quemado todos los cartuchos… ¡pues no queda nada todavía! Dellamorte Dellamore es un surtido de situaciones a un ritmo de locos. Situaciones siniestras, curiosas, cómicas, absurdas, metafóricas, filosóficas, intrigantes, excitantes, mejores y peores, cutres y bien logradas… pero sobre todo originales.

La película está basada en un cómic, y ciertamente tiene un aire que recuerda a un puñado de historias de cómic distintas pero bajo un mismo hilo conductor: las peculiares vivencias de Francesco Dellamorte, el atractivo cuidador del cementerio de Buffalora.

Los 20 primeros minutos son fantásticos –la ambientación, la presentación de los personajes, el narrador, la historia en sí–, podrían constituir por sí mismos un cuento estupendo del guardián de la cripta; posteriormente la cinta hace altibajos –fragmentos no trascendentales, escenas surrealistas y vuelcos en la trama que alteran y desconciertan–, pero si analizas la cantidad de buenas escenas y planos que has visto en 100 minutos, no hay duda de que ha valido la pena.

Dista de ser una de mis películas de terror preferidas, su guión y montaje son indescriptibles, pero no hay duda de que es fresca y insultantemente original comparada con la mayoría de cintas de zombies que puedas ver.

Son inevitables las comparaciones entre La Cosa y otro clásico del cine de terror que vio la luz 3 años antes y que sin duda es más entretenida y terrorífica: Alien. La estructura de ambas películas es muy similar, pero algo falla en la cinta de Carpenter ya que no llega a atraparte, y diría que es su soporífero ritmo.

The Thing es una buena película, los efectos especiales siguen siendo magníficos 30 años después, los personajes evolucionan y la sensación de angustia crece lenta pero adecuadamente, pero a pesar de eso he de reconocer que en algunos momentos de la cinta llegué a aburrirme.

Los perfiles de los personajes de la historia también se han visto antes: el negro salido del suburbio, el científico, el que desconfía de todos, el líder… incluso la mascota, y a pesar de que algunas situaciones son previsibles, cuenta con algunas buenas escenas, como por ejemplo las pruebas de sangre para averiguar quién está infectado, que consigue, sin duda, el momento de mayor tensión de la cinta.

En definitiva, una película bien ambientada, pero un tanto lenta, sobre la cual pesa demasiado la influencia de una verdadera obra maestra como es Alien de Ridley Scott.

¿Cuántas historias de horror se habrán visto ya en cabañas perdidas en el bosque? muchas, ¿pero cuántas tan seductoras como Evil Dead? poquísimas. Posesión Infernal rezuma encanto, tanto que parece que hasta puedes olerlo.

El argumento es simple y poco original, incluso diría que vulgar, pero la dirección de la película es brillante, la cinta estimula tus sentidos y no deja indiferente aún hoy día. Raimi juega magistralmente con los tempos, igual enlaza a un ritmo frenético una serie de imágenes, como mantiene un plano 20 segundos, consiguiendo un efecto de excitación/tensión que encandila.

Los pocos personajes actúan de manera extraña antes los hechos, de manera que, para el disfrute del espectador, parece que sigan el juego a la historia, consiguiendo momentos singulares de situaciones simples.

De la misma forma, decorados y maquillajes –al igual que los efectos sonoros– son, a propósito (y en parte por el bajo presupuesto), hermosamente bastos, toscos, cutres y jodidamente efectivos… geniales.

Una película directa, vistosa, cachonda y con una pegada brutal más de 30 años después de su estreno.
Hoy día Evil Dead es una película para ver con los colegas tomándote unas copas, reír, gritar, comentar y ovacionar en muchos momentos; y me da la sensación que hace 30 años esto también lo pretendía Raimi, lejos de intentar presentar una película seria de terror.

Todos los fallos e incongruencias de la película quedan en segundo plano ante el derroche visual y sonoro que nos ofrece Evil Dead, así que no seas quisquilloso y disfruta del espectáculo.

Un clásico con todo merecimiento lleno de zombies (o poseídos) cachondos, sobresaltos y sobretodo mucho encanto.

A mí, Evil Dead, me ha poseído infernalmente.