Todo un mar de sensaciones durante casi 2h. que desconcierta en ciertos momentos.

Mi desconocimiento del movimiento juvenil norteamericano en el Bronx durante los años 60 me impide valorar con criterio si los hechos relatados en esta película son realmente fieles a la realidad, pero si algo tiene The Wanderers es una fuerte caracterización de cada una de las tribus urbanas que aparecen y personajes con una personalidad y un carácter bien definidos.

Considero que el guión se sostiene a duras penas y muchas de las situaciones propuestas en la historia se suceden de una manera un tanto forzada e inconexa, pero la película no deja de ser distraída y comprensible, incluso se atreve a contextualizar la historia, de una manera bastante creíble, en la escena en que se anuncia el asesinato de Kennedy en los televisores de un escaparate.

El film cuenta con una mezcla de estilos que puede llegar a desconcertar (pasa rápidamente de la comedia al drama, incluso hace un guiño al terror con algunas escenas oscuras, neblinosas y con música inquietante), pero sorprendentemente esta amalgama da un resultado aceptable que funciona bastante bien.

A su favor juegan otros muchos factores, como unas estupendas interpretaciones (Richie –Ken Wahl-, Joey -John Friedrich-, Despie –Toni Kalem-), una fantástica banda sonora, y una serie de buenas escenas (las quedadas nocturnas entre tribus para buscar aliados, la partida de streap poker entre chicos y chicas, el partido de fútbol americano…)

En definitiva, una película con un montaje desastroso, pero distraída y con unos protagonistas con mucha fuerza y personalidad genialmente interpretados.

Una semana después de ser enterrados vuelven a la vida; una ruinosa forma de vida, sólo merecen un tiro en la cabeza. Un accidente de autocar con decenas de muertos… una semana después en el cementerio… imagina lo más fabuloso… y dale unas cuantas vueltas de tuerca… y rápido, no sea que la historia se nos haga lenta y aburrida… Michele Soavi, con más de 15 películas y series de televisión dirigidas en poco más de 20 años te vuela la cabeza con Dellamorte Dellamore.

Sorprende el mirar el display del reproductor y ver que han transcurrido 20 minutos de película, cuando tu sensación es que llevas al menos tres cuartos de hora viendo cine de zombies y que la cinta ya ha quemado todos los cartuchos… ¡pues no queda nada todavía! Dellamorte Dellamore es un surtido de situaciones a un ritmo de locos. Situaciones siniestras, curiosas, cómicas, absurdas, metafóricas, filosóficas, intrigantes, excitantes, mejores y peores, cutres y bien logradas… pero sobre todo originales.

La película está basada en un cómic, y ciertamente tiene un aire que recuerda a un puñado de historias de cómic distintas pero bajo un mismo hilo conductor: las peculiares vivencias de Francesco Dellamorte, el atractivo cuidador del cementerio de Buffalora.

Los 20 primeros minutos son fantásticos –la ambientación, la presentación de los personajes, el narrador, la historia en sí–, podrían constituir por sí mismos un cuento estupendo del guardián de la cripta; posteriormente la cinta hace altibajos –fragmentos no trascendentales, escenas surrealistas y vuelcos en la trama que alteran y desconciertan–, pero si analizas la cantidad de buenas escenas y planos que has visto en 100 minutos, no hay duda de que ha valido la pena.

Dista de ser una de mis películas de terror preferidas, su guión y montaje son indescriptibles, pero no hay duda de que es fresca y insultantemente original comparada con la mayoría de cintas de zombies que puedas ver.

Cuando te dispones a visionar una película de hace casi 100 años, tienes que estar dispuesto a ello; es otro lenguaje, otro ritmo, debes valorar otras cosas… y la verdad es que he visto muy poco cine mudo, por lo que aún me parece más sorprende que esta cinta me resultara tan distraída. Con pocos diálogos –los necesarios para hacer comprensible la historia-, unos decorados turbadores pero fascinantes y atractivos a la vez, un desarrollo ágil del relato y unos personajes con personalidad muy expresivos, se nos cuenta una historia fantástica (en ambos sentidos) que entretiene y sorprende.

La película derrocha originalidad y nos ofrece ingredientes cinematográficos que se han convertido en habituales en 100 años de historia del cine: el engaño visual, los giros de guión inesperados, la intriga generada a partir de dar pistas suficientes para que el espectador sospeche qué ocurre.

En definitiva, una película que engancha y sorprende, que considero de visionado obligatorio, tanto por su belleza, como por su influencia en todo el cine que vendría después… estoy seguro de que Tim Burton o David Lynch adoran tanto esta película como yo.

¡Una joya!

Excelente película de Stanley Kubrick.

Un film sobre la locura que te mantiene atrapado sus 146 min. de duración tanto por las interesantes situaciones que se plantean como por su belleza plástica.

La película está cargada de magníficas escenas con una fotografía fantástica y una colección travellings increíbles (como los del niño con el triciclo en los largos pasillos de la casa, el acoso de Jack a su mujer en las escaleras del vestíbulo, los aéreos en las carreteras de los primeros minutos de la película), inquietantes situaciones (mar de sangre saliendo por los ascensores, niñas con el triciclo), y buenos actores con papeles con personalidad (el niño, la madre, el fantasma de un viejo camarero que vivió en la casa…)

La atmósfera se enrarece y la tensión crece progresivamente junto con la locura del personaje principal Jack Torrance que es interpretado de forma sublime por Jack Nicholson y que hace de ésta una película redonda imprescindible para cualquier cinéfilo.

Es difícil encontrarle alguna contra a este film, pero si tengo que ponerme quisquilloso, diría que he echado de menos algunos magníficos capítulos de la novela de los que no hay ni rastro en la película

Irrepetible

Sin duda, una de las mejores películas españolas que puedas ver.

Muchas son las virtudes de este film sobre las obsesiones:

Fantástica ambientación y contextualización (finales de los 70), en donde una serie de personajes son víctimas de las adicciones y obsesiones propias de su época (heroína, sexo…).

Excelentes interpretaciones (José -Eusebio Poncelaque-, Ana –Cecilia Roth-, Pedro –Will More-) hacen que la película sea capaz de transmitir desesperación, tensión, obsesión y una serie de sensaciones, generalmente desagradables, de una forma creíble y acongojante.

Evolución de los personajes acorde con la historia, de forma que van cambiando durante la película y el espectador entiende porqué gracias a un buen guión que no deja cabos sueltos.

Un excelente y original argumento que evoluciona lentamente, capaz de atraparte y que, cuando crees que el nivel de dramatismo no puede ser mayor, dispara la película hacia un desenlace magistral.

Escenas, planos y momento puntuales en la trama excelentes: cuando José y Ana conocen a Pedro, cuando Pedro les muestra sus creaciones, las crisis de pareja entre José y Ana, el final –insisto- magnífico, etc…

Lástima que Iván Zulueta no hiciese (posteriormente) más largometrajes. Película imprescindible para cualquier cinéfilo.