Con alivio puedo asegurar que esta noche me persigue como mucho la monja del final.

¡Qué final! Desde que la pareja ha empezado a subir las escaleras del campanario me he tenido que incorporar en el sofá porque no podía creer lo que estaba viendo. Por un momento he pensado que iba a ser Scottie quien iba a empujar a su antiguo objeto de deseo hacia el sueño eterno. Pero cuando parecía que se iban a reconciliar con un beso ¡ha aparecido una monja por las escaleras! Tranquila la mujer ha dicho que había oído unos ruidos, pero lo que no sabía es que nos ha dado a todos un susto de espanto y ha hecho que Judy se tirara a la desesperada por el campanario. En mi vida he visto un último minuto más absurdo. ¡Este Hitchcock era un cachondo!

El guiño humorístico que de verdad me ha hecho recapacitar sobre mis prejuicios sobre Hitchcock ha sido el diálogo de una escena con Scottie y Midge, cuando ella le echa en cara que la salude con un who do you know that's an authority on San Francisco history? Nunca pensé que me reiría viendo Vértigo.

James Stewart me ha parecido correcto durante toda la película. Solo creo que su caída de la esquelera que le da Midge al final de su primera escena juntos es demasiado dramática. La mirada de Kim Novak durante su actuación como Madeleine me ha parecido totalmente hipnótica y en general creo que hizo un gran papel. Lo malo es que no he podido dejar de preguntarme en qué momento perdió las cejas y no entiendo cómo no había mejores maquilladores en San Francisco, ¿quizás cambiaron de chica o chico durante el rodaje? Un misterio.

Es cierto que la película contiene algunos sinsentidos que le quitan realismo. Por ejemplo, si un día me despierto desnuda en la cama de un hombre que no conozco a mí me da un ataque de nervios, sinceramente. Luego si el hombre me cuenta que me he caído a la bahía me preocupo, y lo primero que haría sería llamar a un familiar cercano que puede que me esté buscando. Por lo menos antes de tomarme un café.

Lo que más me ha gustado de esta película ha sido el ritmo relajado de cada escena. He disfrutado la larga persecución de los coches y el tranquilo seguimiento de la cámara a los personajes. También los colores y los planos. Y por supuesto la escena del juez.

Describiría esta película como una caricia.