<<Oye, ¿nunca te conté lo de Noam?, ¿quién?, ¿Noam?>>.

Porque “La Burbuja” no sólo nos cuenta la historia de Noam, cuenta la tuya, la mía, la del compañero de oficina. Una historia de amor simple, sin tragedias de por medio, sin eternos odios de familia. Porque eso es lo que vas a ver, una historia de amor, sencilla, sin artificios, sin estridencias.

Noam (Ohad Kholler), ¿cómo no enamorarse de esa sonrisa?, parece tan sencillo…

No me mires así, ¿acaso tú no te enamoraste de la manera más simple?. Pero desarrollamos la habilidad de hacer difícil lo hermoso, sencillo y simple. Y nos cuesta comer, y nos cuesta dormir, y nos preguntamos por qué lo dije, por qué no llama, por qué no quiero seguir.

Sólo vas a ver una sencilla historia de amor y de cómo las personas complicamos ad infinitud lo más simple, “querer”.

Y como en todos los finales que has vivido, en éste también vas a llorar, y mucho, preguntándote ¿por qué nos esforzamos tanto en complicar lo simple?.

También habla de una guerra, “conflicto” lo llaman, de aislase de lo que no te gusta (La Burbuja), de dos mundos tan cercanos y lejanos.

Yo me quedo con tu sonrisa, enamorándome a su sombra, que fácil quererla y desearla, aunque tú no lo sepas.

”<<Dicen que el tiempo lo cura todo, pero el dolor no se supera nunca. Un día estás tan contento y de repente te llega la imagen de su sonrisa, el recuerdo de su voz, el olor de su pelo…y un segundo después estás rebozándote en tu propia mierda, el corazón se te salta por la boca, el intestino estrangula la aorta, los pulmones se encharcan, los brazos se duermen, las articulaciones se contraen y acabas siendo un ovillo que llora y gime. Soy médico, sé lo que se siente, dolor, un dolor inabarcable, vacío, despiadado, un dolor hijo de puta que se ensaña y no te deja vivir, un dolor sin final>>”.

Esto es Spinnin, encontrase bien y un segundo después… Es una invitación, una película con vocación de documental y un documental con vocación de película. Plagado de personajes incomprensibles y situaciones imposibles.

Sólo comenzar, Omar y Gárate se conocen, y se conocen mejor en sólo noventa segundos. Y tras el flechazo express, en el arranque de la peli, ya comprendemos, al menos, cinco cosas:

1.- que tienes que permitirle a la historia que continúe sin que te dé nada.

2.- que debes aceptarla tal y como es, sin lucha, sin conflicto.

3.- que nunca será un éxito de taquilla.

4.- que la odiarás, o no.

5.- y que mejor me pongo un Ballantines. (En realidad sirve cualquier bebida con alta graduación. No sirve Coca-Cola, ni siquiera la Zero).

No es una película fácil, no cuenta amores conocidos ni enfermedades habituales, no enseña familias como la del 5º D.

Si llegas a la mitad y vas por el tercer Ballantantines, apaga. Si aún no acabaste el primero estás perdido, Spinnin te abrió los brazos y te está haciendo arrumacos, y te gusta (va, tonto), "<<pero el amor tiene aristas, eso es lo que lo mantiene vivo>>".

No es una película visual. En mi opinión, tampoco de diálogos. Si es una peli de sentimientos y, para los flojuchos como yo, de lagrimones (¡si es que cómo sois los maricas!).

"<<Tengo la seguridad de que todos somos iguales y de que todos somos diferentes, pero deben tratarnos igual para poder ser como somos>>". Eso nos cuenta Spinnin, vale la pena verla.

Todos ¡AUPA ATLETIC!