La serie puede llegar a enganchar por su estética, cierto misterio,un pseudo mensaje(sota caballo y rey, no más), por los actores,algunos de ellos conocidos por sus brillantes papeles en otros trabajos, pero concretamente en éste, el registro interpretativo de casi todos se limita a sutiles matices de diferentes grados de agobio.
A pesar de que se presupone que los integrantes de este Movimiento tienen el privilegio de estar viviendo algo especial, transcendente y luminoso lo cierto es que son una panda de agobiados.
Tanto el guión como los personajes, deambulan de un lado para otro luchando entre absurdas y poco creíbles contradicciones.
Una pena

The Tree of Life, más que una película es una invitación a recorrer la complejidad del ser humano.
Su magia visual traspasa el intelecto para llevarnos a un lugar profundo e íntimo. Los actores, los paisajes..,todo está inmerso en una atmósfera etérea y envolvente. Malick nos va contando un poema en cada secuencia.

Buena dirección e interpretación. Destila veracidad, incluso da la sensación de que MacConaughey y Leto han sido poseídos por sus personajes. La historia, absolutamente contundente, está perfectamente hilvanada, Vallée no deja puntada sin hilo, y consigue hacer que te sientas atrapado de principio a fin.

Nada que objetar respecto al reparto, ritmo y algún que otro toque de humor. Pero de verdad, algunos realizadores parecen dispuestos a perpetuar hasta el infinito y más allá estos clichés y roles de género (en este caso, la neurastenia obsesiva femenina es de verguenza ajena) que a muchos nos aburren e irritan a partes iguales y creemos que ya es hora de pasar a otro nivel.