Parece contradictorio el título a este intento de "crítica" de algo que deja semejante poso en tu interior. Cuando alguien está hastiado de su existencia hasta el punto de intentar ponerle fin a ella, que puede esperar ya de su devenir. Leonard vuelve a la vida y ésta parece ofrecerle una doble oportunidad en forma de amor. Y si hay algo que no teme Leonard es al amor porque quizás sean los seres más atormentados, los más incomprendidos, los que prefieren la muerte a "deambular", los que más íntimamente amen los placeres más minúsculos y más supremos de la vida. Tal y como sentencia Bertrand Russell "Temer el amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos". No parece ser el caso de Leonard que ve como de la noche a la mañana aparecen en su vida la locura, el azar, el amor libre y sin ambages, pero que lleva impreso el título de "imposible" representado por Michelle, y el amor más familiar, más monótono pero también sincero, representado por Sandra. El film está realizado con un gusto exquisito, con unos planos bellísimos que se toman su tiempo en transmitir lo que desean. ¡Qué decir de la segunda escena en la azotea entre Michelle y Leonard! Sublime,poética,fría y oscura pero a la vez iluminada, carnal, bella.. Sin alguien se pregunta qué es el amor alguna vez, que no divague ni busque palabras a algo tan mágico, simplemente que se remita a esa escena.
La complejidad de dos cosas mágicas como son la vida y el amor plasmada como pocas veces he visto en una pantalla. Y un final que nos noquea simplemente porque la vida en la mayoría de las ocasiones, cuando estamos dispuestos a todo, se encarga de otorgarnos la cordura que nos ha cegado hasta ese momento. Pero,¿seremos capaces de entregarnos a esa vida y renunciar a nuestros sueños? y nosotros, ¿que haríamos?

Esta será mi primera "crítica" en Filmaffinity. Gracias a esta página di con este film y gracias a este film he descubierto qué es el cine, cuál es su esencia y su verdad. Esta oda a la desesperación, a la vida y a la muerte, al vacío de la existencia, se queda incrustada en el pensamiento para siempre. Es una obra visceral, con un pulso y un nervio grandiosos, de un alma atormentada con el tiempo en el que vive, como bien pudiera ser la de Eustache. Parece preguntarse qué puede quedar tras la felicidad del 68. Si se alcanzó el cielo en ese "mayo eterno", todo lo que venga después estará condenado a la mas cruel de las melancolías. Eustache desnuda su alma y la de sus personajes para mostrarnos a tumba abierta qué tiene en su interior y lo vemos, sin duda que lo vemos. Este monumento marca el final de la "nouvelle vague", pero es que después de algo así, que más nos puede mostrar una pantalla...
A veces las palabras no alcanzan a describir las sensaciones y sentimientos que nos provocan ciertas cosas y para mí, este es uno de esos momentos. Simplemente tocaba no pensar, porque Eustache lo había logrado y la herida iba a tardar en cicatrizar. Comprendí que la nada estaba presente....