Ya el título, complicado y basado en una obra del insufrible y repetitivo Coelho no aguraba nada bueno y, efectivamente, no me equivocaba. Si bien es verdad que todos los beneficios de la película irán destinados a fines sociales y que, sólo por eso, merecería triunfar en taquilla, el resultado final me temo que no convence. El pretendido tratamiento del drama que supone el cáncer infantil desde una óptica positiva y de esperanza no se logra y la supuesta madurez del protagonista (los niños enfermos de veras maduran a marchas forzadas) queda diluída por sus parrafadas forzadas, grandilocuentes y repipis que jamás diría un chaval de esa edad y en similar situación.

Argumento sumamente pueril y ramplón, previsible a tope, aunque entretenido y con ritmo. Hiperexceso de azúcar y escenas bizarras que sólo distraen de la trama principal, muchas de las cuales además van hiladas con pinzas. Buenismo navideño por doquier y falsa ternura lacrimógena mal dosificada por abusiva. Si tuviera que resumir la película en una palabra diría "empalagosa". Quizás sin tanto almíbar y con un poquito más de transgresión real se habría conseguido un film más redondo y que no dejara esa sensación irremediable de empacho.

Pero tampoco es todo malo; Algunos actores lo bordan (soberbia Goya Toledo y muy bien el debutante Andoni Hernández), otros están más que correctos (Aitana Sánchez Gijón, los siempre solventes secundarios Enrique Villén, Mariví Bilbao y Amparo Baró, a pesar de la ridiculez de los personajes de éstas dos últimas), pero el resto aburren y no son creibles (Diego Peretti sobreactuado hasta la nausea y con un acento argentino tan marcado que no encaja con la vida que teóricamente ha llevado el personaje. Rosa María Sardá también defrauda por sumamente cargante. Encima su desoncertante cirugía plástica hace que sólo te fijes en sus labios morcilleros, lo cual resta aún más credibilidad a su personaje de supuesta enfermera abnegada y desprovista de frivolidad).
Otros personajes directamente sobran como Laura Esquivel, alias "Patito Feo" y "Hurley" de "Lost", los cuales es obvio que han sido incluidos en el reparto con calzador y por su supuesto tírón mediático entre los niños la primera y entre los millones de fans de la mencionada serie americana el segundo. Es tan evidente que da vergüenza ajena.

En resumen, típica cinta navideña bien intencionada y que trata de transmitir un buen rollo (palabras del Director) y un cambio de chip vital que dura exactamente 20 segundos, lo que tardas en olvidarte de la misma. Hubiera quedado mejor como película destinada a la pequeña pantalla que dejas de fondo en el sopor post-comilona navideña y que entre los efluvios etílicos encima te deja un buen sabor de boca. Pero tanto bombo y la consideración mediática de "la película imprescindible de la Navidad" no benefician a Maktub en absoluto, aunque esa no fuera la intención del Director que tal vez sólo quiso realizar una película amable y sin tantas pretensiones.