Me gusta La vida de Adele, ¡y no es porno!

Sí amigos, pequeños aspirantes a críticos, desechos sociales con prejuicios en las pelotas, nerds en estado de putrefacción, ¡me dais asco!. Tachar esta obraza de porno dice mucho de vuestra persona, que no habéis visto cine y sobre todo, que desconocéis lo que es una peli porno. Yo he visto muchas, más que ustedes, ¡soy un puto veterano en la materia!, y os digo, os anuncio con innegable fe, que La vida de Adele no es porno, y mucho menos un "shit film". Es lo que es, aunque os joda, aunque se quejen todas las boyeras de este asqueroso planeta en cual yo soy el rey,...

... es SUBLIME.

BOOM! Se abre el telón y aparece un hombre con la polla de un metro. Se abre otro más y se ve a un tío introduciendo su dedo por el culo. ¿Quién es Arnold? Indudablemente el primero.

"Comando", cual la polla de Arnold es una creación inconmensurable, única y ejemplar. Descodificar toda su esencia es absurdo, imposible. Mark L. Lester no solo realiza su mayor película, sino LA PELÍCULA. En 1985 nace y se desarrolla el auténtico género, ese mismo año expira para siempre.

Sí, lo admito, ¡Una jodida OBRA MAESTRA!.

Me gusta vivir la vida al límite. Sin ir muy lejos el otro día le escupí una gigantesca flema a un camello después de recorrer el desierto Sahariano con la scooter de mi abuelo. El amo del bicho (un longevo individuo con tal sorprendente chepa que hasta involucionaba del pecho) me reventó la cara con tanto esplendor que me la dejó como Falete. Lo cierto es que no aprendí. Ni mucho menos. Llegué a casa y me puse a ver El mayordomo. Torné a Benito Pocino. Cuando me vio mi novia llamó a la policía. No reconocía a tal individuo postrado en su sofá. ¡Un psicópata! decía... ¡Maldita cabrona! Si se mirase en un espejo...

Y así sigo, de desdicha en desdicha, ¡al puto límite! Y sin novia.