Esperaba mucho más de una serie que por presupuesto y reparto debería dar algo más de si.
Las interpretaciones están a la altura, el guión (aunque muy mejorable) puede tildarse de ingenioso, pero lo cierto es que nunca coge un ritmo mínimo que capte el interés del espectador. La serie se mueve entre la caricatura exagerada de sus personajes principales, y un quiero y no puedo a modo de thriller político, quedando una comedia sosa, sin continuidad, y absolutamente deslavazada. Plana, quizás esa es la palabra. Se agradece el intento, pero entiendo se ha dejado pasar una buena oportunidad para producir una serie distinta que por desgracia se queda en un saco de tópicos y exageraciones sin ritmo ni continuidad.

Cine con mayúsculas. Obra excelsa sin paliativos.
Alfonso Cuarón firma una cinta bellísima, que merece ser saboreada trago a trago, sin excesos.
La película es honesta, y sobre todo bella. Arte visual en estado puro. Cada fotograma es un cuadro realista que no sólo se regodea en su plenitud estética, sino que además sirve de envoltorio perfecto para contar una historía sencilla, pero brutalmente honesta y cargada de sentimientos. Altamente recomendable, especialmente para aquellos espectadores que además de una historía, buscan en el cine explorar algunos resortes del arte.