No es sorpresa que Clint Eastwood vuelva a realizar una excelente muestra de control de los tiempos en este film manteniendonos entre la tensión de lo que ocurrirá y el interés de lo que está ocurriendo, como tampoco sorprenderá decir que Bradley Cooper realiza una magnífica interpretación.
Más sorprendente es el retrato que realiza de un héroe de guerra americano asemejándose asemejándose a esos personajes de western que él interpretaba de forma tan sublime.
En definitiva una buena película y un magnífico recuerdo de las interpretaciones de Clint realizada por Bradley Cooper.

Y el titulo de la crítica podemos hacerlo extensivo a todo el film.
Que pasa por la mente de productores, director y actores de tan alto nivel para embarcarse en una corriente comedia que no aporta nada al panorama del séptimo arte.
Una película muy menor en la que ni siquiera los actores son motivo suficiente para pasarse casi dos horas frente a la pantalla. Si vas a verla, ponte zapatillas y sal a pasear, te será más productivo.
Un último detalle, ¿por que De Niro resulta mil veces menos creíble cuando interpreta papeles de personas más comunes?

El film narra una historia real interesante sobre la vida de una pintora exitosa en los años 60 y vista bajo el prisma de Tim Burton adquiere tintes de cuento fantástico que te entretienen durante las dos horas de metraje con un ritmo adecuado y algunas escenas fantásticas.
Gran actuación de Amy Adams y genial como nos tiene acostumbrado el gran Christoph Waltz.

Una película recomendable de típico estilo Burtoniano.

Por un lado tienes a un Hugh Laurie en su mejor momento, capaz de llenar la pantalla con una sola mirada o con un silencio y por otro lado tienes un guión con posibilidades.
Y con todo esto, solo eres capaz de hacer una película inconexa, una película que por momentos te lleva a perderte, una película que solo consigue engancharte cuando el drama se hace brutal.
Sin duda una gran ocasión perdida. y sin duda tendréis muchas mejores cosas que hacer que perder dos horas en el visionado de este film.

Tres historias de amor que se entrelazan son la excusa para hacer una pequeña cinta de interpretaciones y director.
En las interpretaciones no son excelsas pero soportan el peso de la película, en cuanto al director, se pierde en el papel dejando una película suave, que no llega a inmiscuirte en las historias que cuenta.
Como aspecto favorable, la ciudad (rodada en Valencia) adquiere un bonito protagonismo convirtiéndose en el séptimo actor.