Ayer he ido a ver el panfleto proislamista Dune. La he ido a ver con ilusión, todo sea dicho. Con ganas. Casi no recordaba la novela, la cual cogí en la Biblioteca del instituto hace 15 años y la dejé a la mitad porque me parecía un tostón. Pero pensaba que quizá, con el tiempo transcurrido y viéndolo en lenguaje cinematográfico, cambiaría mi opinión y disfrutaría Dune. No fue así, por desgracia. Me encontré con una película que, por mucho que adorne la cosa con apabullante grandeza audiovisual, la trama que me estaba contando era floja, sosa, arrastrada, obvia... No consiguió emocionarme en ningún momento. (Un solo gesto de John Connor en Terminator 2 tiene más carga emocional que todo lo que hace aquí Paul Atreides) Una película que, sorprendentemente, tratándose de una adaptación de una novela de 800 páginas, le sobra metraje y falta contenido. Al salir de la sala no sentía ningún apego por un personaje ni recordaba ninguna línea de diálogo. Un protagonista apático y sin ningún carisma, acompañado por una comparsa de marionetas a cada cuál más plana e irrelevante. Lo que sí me había quedado claro, porque eso sí que se encargan de dejarlo bien claro, es que los moritos oprimidos del desierto son todos buenos y los blancos calvos imperialistas (hasta pintaron a Batista para que fuera más blanco)son todos malos malísimos. La famosa inclusión forzada con la que tanto nos dan el coñazo las majors, aquí no es necesaria, claro. Aquí está todo en su sitio. No obstante, si es así en la novela original, la pregunta que habría que hacerse es por qué aquí se respeta la visión del autor y en las otras obras no. La respuesta, creo, está clara. En fin... Otro producto hueco, mucho ruido y pocas nueces. Algunos dirán que trata grandes temas como la política, el imperialismo, etc... Ni caso. Puro oropel de comedia. Eso ya lo hemos visto, y mucho mejor tratado, en miles de películas con más talento y tacto. En mi opinión, si el objetivo final del cine es contar una historia sin aburrir, Dune no lo consigue. Yo estaba pidiendo la hora. Ah, y las peleas parecen de los Power Rangers.
Vale.

En esta época en la que la industria el cine está tomada por la dictadura progre y la vomitiva corrección política, es un verdadero alivio ver que todavía queda gente como Craig Zahler que no sólo hace cine de calidad, sino que se atreve a nadar contracorriente. Por supuesto, por esta cinta ya ha sido tachado de racista, simplemente por mostrar la realidad. Porque si tú vas a cualquier web de guías turísticas, y preguntas qué barrios debes evitar cuando viajas a cualquier gran ciudad, ¡sorpresa! Siempre los barrios más conflictivos son los que han recibido las bondades del multiculturalismo. Y eso muestra sin tapujos esta película. Es la realidad, y al que le moleste, que madure. (Curiosamente los que se quejan son los que luego se callan con bazofias antiblancas o antihombres como Dear White Men o Birds of Prey). Arrastrados por el Asfalto muestra ese drama que muchas familias tienen que sufrir al ver como sus barrios se convierten en guetos de droga y delincuencia. Y encima, que los acusen de racistas si se quejan.
Con este contexto delicado y tan de actualidad, Zahler construye un relato de grandes personajes, un thriller neo noir que se fragua a fuego lento, pero, en mi opinión, sin resultar aburrido, hasta alcanzar un climax el cual, por ponerle un pero, sí podría haber tenido más intensidad, como sí sucede en Bone Tomahawk, que a mí juicio es la mejor película de este director ror hasta la fecha. Aún así yo la puntúo con un notable, y sitúo a Zahler como uno de los autores más interesantes de su generación, al, cual seguiré de cerca.
PD: Destacar que Mel Gibson está magnífico en uno de los mejores papeles de su carrera. Un personaje duro, que resume en su persona (y sobre todo en su mirada) el sentimiento que la película quiere transmitir

Remake innecesario de la película de culto de Dario Argento que hace aguas por todas partes. Pretenciosa y absurdamente larga ("donde vas metiéndole dos horas y media a esto!) Todo lo que quita y añade a la cinta original es para empeorarla. Le quita el ambiente onírico y colorista y la estupenda banda sonora setentera, que eran precisamente dos de los grandes pilares de la de Argento, para dar "su propia versión", la cual es a todas luces peor. Por añadidura, introducen las a día de hoy casi inevitables dosis de marxismo cultural, romantizando a los terroristas del Raf o hablando de Nazis (eso sí, nadie comenta ni por asomo que en los años 70 la gente del lado oriental del muro de Berlín todavía moría por tratar de escapar del terror comunista y pasar al lado occidental) y, por supuesto, suelta las cuatro frases feministas de rigor (supongo que es una cláusula de las productoras)
En definitiva, obra con algunos puntos buenos pero que falla al hacer acopio de tantos aditivos que no venían a cuento destinados a agradar a algunos idiotizados progres.