Soy un grandísimo seguidor de la saga la cual me fascinó desde pequeño. Aun recuerdo salir emocionado del cine al que me llevaron mis padres para ver parque jurasico y el mundo perdido y realmente sentir que me había trasladado a un mundo jurásico. Aquellos dinosaurios de los 90 me emocionaban y me hacían estremecer a partes iguales. Fue el pistoletazo de salida a mi “sana” obsesión por los dinosaurios. Como no podía ser de otra forma devoré las novelas de Michael Crichton, las cuales me parecieron extraordinarias y aportan ese extra de detalles y tramas que solo las novelas pueden dar.

Con el tiempo siguieron saliendo películas, que como todo el mundo sabe fueron perdiendo frescura y calidad, lo cual no hacía más que confirmar la gran película de culto que fue parque jurasico. De alguna forma todo se empezó a torcer con la nueva trilogía de jurassic world donde la ausencia de guiones sólidos o novelas en las que apoyarse nos dejaron como resultado películas pobres con marcados agujeros de guión y poco consistentes. Pero esto no importaba. De alguna forma la esencia de la saga seguía ahí….y eso hacía mantener encendida la llama.

Con estos precedentes, acudí al cine a ver la que sería la película final de la franquicia. Las expectativas no eran demasiado altas pero tenía cierta esperanza de que se corrigiera de alguna forma el rumbo tomado por la franquicia y se le diese un final digno, aunque solo fuera por respeto a la primera película de Spielberg. La experiencia no pudo ser más desoladora, resultando una película totalmente indigna. La magia había desaparecido por completo.

Empezando por el guión, este es simple, superficial y poco “creíble”. Es totalmente incomprensible que con un presupuesto tan elevado, además de un tiempo de producción tan grande se haya dado el visto bueno a un guión tan absurdo. Por momentos uno piensa que el guión es simplemente un trámite inevitable por el que los productores deben pasar para poder juntar todas las escenas de acción, las cuales acaban teniendo un punto delirante, o para hacer homenajes a todas la películas precedentes de la saga, el famoso “fan service”. Y aun así hay escenas que son auténticos atentados a la saga como comentaré en los spoilers.

En cuanto a los personajes, la vuelta de Alan Grant, Ellie Sattler e Ian Malcolm, la famosa santísima trinidad jurásica nos da una de las pocas alegrías de la película. Sus actuaciones son sólidas y aunque creo que se podía haber explotado mejor la figura de Ian Malcom, estos consiguen hacernos retornar, aunque sea por unos instantes, a la película de 1993. En cuanto a Owen Grady y Claire Dearing, siento decir que sus personajes nunca me parecieron convincentes. Siempre me chirrió la idea de un cowboy jurásico capaz de adiestrar raptores cual perro con una galletita. Y que decir de Claire. Su metamorfosis de ejecutiva sin escrúpulos de un “zoo” jurásico a activista Greenpeace de los dinosaurios me parece simplemente ridículo.

Y hablando de los dinosaurios. Estos ya no dan miedo e incluso rozan lo cómico en algunas escenas. Se ha infantilizado tanto la película que uno sabe que ya nada va a ocurrir, que siempre un suceso inesperado o la ocurrencia de última hora de uno de los personajes los salvará de caer en las fauces de los dinosaurios. Esto es un problema grave, ya que cuando se va a ver una película de dinosaurios uno espera tener por lo menos la sensación de peligro. Por otro lado, se ahonda demasiado en la humanización de los dinosaurios lo cual es totalmente incoherente puesto que son animales salvajes y como tal se deben comportar. En cuanto a la recreación de los dinosaurios (CGI), se ve poco conseguida e incluso artificial por momentos. ¿Cómo es posible que los dinosaurios de Parque Jurasico parezcan más reales hace 30 años que ahora con todos los avances técnicos que ha habido? Sin comentarios.

Por último comentar, que eché en falta algo más de presencia de la magnífica banda sonora original de John Williams que ha acompañado la franquicia desde 1993. Si algo funciona, no se debe cambiar.

En resumen, sensación de enfado y decepción. Por suerte, siempre podremos revivir la magia de la primera película, con John Hammond dándonos la bienvenida al parque donde la vida se abría camino.