Mads Mikkelsen, conocido por sus papeles de villano como Hannibal Lecter y Le Chiffre, desarrolla en este largometraje un papel de hombre dulce y cercano. Mikkelsen es auténtico y su interpretación brilla por su simpleza. Transmite con genialidad el desgarrador tormento psíquico que Vinterberg plasma con astucia en este drama.

Acompaño sin esperanza el drama social que vive un hombre que ha sido acusado de un delito repugnante. Vinterberg vuelve a hacerme daño con su sombrío y tormentoso talento.

El director consigue resaltar con destreza y belleza el aura mística de paisajes nevados y bosques fríos. Scott Cooper va desinflando el suspense de la historia con transiciones y diálogos vagos y holgazanes que vislumbran un final no memorable. Harry Melling se crece ante la pantalla al interpretar a un Edgar Allen Poe que ejerce en este thriller como detective. Su presencia en la película es definitiva, y desbanca a un Cristian Bale que se muestra indiferente ante la cámara.