Una película sobrecogedora, como pocas. Mejor para jóvenes si quiere uno identificarse desde el presente; excepcional para adultos si es para echar una mirada al pasado, pensada por quien ya ha sido las dos cosas. Los jóvenes, y hablo como tal, la experimentamos; nos engaña, nos invita a otra cosa, a una utopía de juego, sexo y amor despreocupado.

Nada más lejos de la realidad. Una película de amor, de un amor que seguramente no exista en ninguna parte. Mejor. Porque después de haber visto esta película se que existe en el cine. Un amor tan descaradamente húmano, unos personajes tan independientes de los hilos del director que cuesta creer que alguien haya podido inventarlos. El mejor guión de todos los que llegan a mi alcance y la de Meryl Streep, la mejor actuación que se ha hecho jamás. De eso no me cabe duda, incluso sin haber visto el suficente cine como para asegurarlo, hoy he visto a una actriz no solo creible sino que se ha perdido a si misma en un personaje. Tras la película, lo juro, no se como hizo para seguir adelante porque de veras se la veía destrozada. Sin palabras.

Una película entretenida, inquietante y sorprendente. Atractiva, su principal reclamo son los dos personajes principales. Su relación, sus miradas son el arquetipo de lo viril, los dos hombres vaqueros y americanos. Dos personajes de los que no se nos cuenta ni una octava parte de lo que han vivido pero si para que.