No sé si será la mejor película de ciencia ficción que se haya hecho, pero sin duda sí que es la mayor asociación de cine negro, de ciencia ficción, acción y thriller futurístico que se haya podido hacer hasta el momento, junto con Blade Runner (por lo menos para mí). Spielberg ofrece una innovadora y grisácea recreación futurística del mundo en el 2050, con un virtuosismo digital e inventivo jamás antes concebido en el cine, y un poderío visual innegable. Los maravillosos efectos visuales están justificados con una genial obra espléndidamente narrada e interpretada, donde Tom Cruise da vida fantásticamente bien a un turbio policía asolado por el pasado. Por momentos encierra escenas imborrables que perduraran en este tipo de género cinematográfico, como es el caso de la persecución de las espía-arañas, o el comienzo del film increíble también. Para mí la mejor película de ciencia ficción de los últimos 20 o 30 años.

Lóbrego, noctívago, tenso, atractivo, violento, artesanal, claustrofóbico y potente thriller que nos volvió ofrecer el maestro David Fincher para volver a coronarse como el líder del cine de suspense en la época moderna. La habitación del pánico tiene todos los ingredientes para ser una de las mejores historias oscuras y thrillescas de los últimos tiempos, una historia que trata sobre la invasión de la propiedad, la persecución y angustia que pueden llegar a sufrir las personas cuando están en situaciones límite, situaciones que son reflejadas perfectamente con una creíble y atractiva Jodie Foster. Fincher, expuesto a un virtuosismo técnico minucioso y muy elaborado, transmite unas impagables e impresionantes sensaciones tenebrosas y escalofriantes, donde aquí lo que importa son los sucesión de acontecimientos, cada cual más inesperado, la acción exabrupta y su imperturbable narración, que aquí destaca por eferverscer en cada minuto. Un auténtico lujo.

Formidable y poderosísimo ejercicio cinematográfico, sobre los tejemanejes de un impostor y fraudulento que se dedica a escapar de las garras de la policía y a vivir a la sombra de la ley. Es sin duda la mejor película sobre la persecución innata de un poli a un ladron, del gato y el ratón, jocosa en algunos momentos y compleja en otros. Cine negro, comedia, drama… todo se combina de manera excelsa, en un duelo entre Tom Hanks y Leonardo Di Caprio bastante memorable (con el permiso de un desbordante Christopher Walken eso sí), que Spealberg orquesta de manera elegante y fenomenal, concediendo un espectáculo fascinante hasta su esperado y grandioso desenlace. La ambientación de la época, los diálogos, los personajes, las situaciones, la historia y como es contada… todo me parece soberbio, enérgico, vivaz y majestuoso.

Una innovadora, estruendosa, megarealista y visionaria versión sobre un conflicto bélico real. Rydley Scott se apoya en una facturación y unos medios enormes para fabricar un espectáculo único y fascinante del campo de batalla con una longitud descriptiva y narrativa extensísima en su explanación del combate puro y duro. El director, que aquí se limita a explayar el conflicto en sí sin ninguna trama de por medio y sin ningún mensaje que por otro lado no es ni mucho menos necesario (eso sí, del lado americano obviamente), utiliza su particular bombardeo visual con secuencias tremendas y detalladas hasta el último milímetro con un realismo ensordecedor y un moderno método de elaboración y de estilo. El film conciso, de sonoro visionaje, realismo exacerbado y brutal tono descriptivo, narración ardiente y de explosiva adrenalina fotográfica, concluye uno de los mejores productos que retratan ese cavernal y monstruoso peligro llamado guerra. Todo un ejercicio de pura técnica y creación visual. Nunca la guerra duró tanto en una película.

Magnetismo, tensión bárbara y violencia lujuriosa se dan de la mano en este oscuro, turbio e insalubre thriller que emana sobriedad y fuerza. Los Coen, que aquí aparcan ese humor tan rancio y bestial que les atesora, retratan un panorama asolador y frío tomando como referencia el mejor cine negro, los westerns más remarcables y la estética humanista de Eastwood con un estilo visual endotérmico e impactante. Un mezquino guión que otorga a un monstruoso Bardem, uno de sus mejores papeles.
Se desmitifica el género western hasta hacerlo subversivo. Plasma la dureza de la tierra texana y el ambiente transgresor que baña el mundo del crimen, como poca gente lo ha hecho hasta el momento. Ese entorno árido y cruel que se emana en cada toma, aflora nuestras más sinceras angustias. Un sitio donde la vida se costea a cara o cruz. Donde las reses y los humanos no se diferencian tanto en su modo de ser tratados.
Todo está rodado con convencimiento, hondura, temple, soltura y nervio al mismo tiempo. Sensacional clase maestra impartida por los hermanos Coen