Me esperaba más de esta película tan alabada por la crítica. Parece que a Lars von Trier le gusta hablar de chicas enfermas de "bondad" (como la protagonista de "Bailando en la oscuridad"), buenísimas buenísimas y maltratadas y repudiadas por la comunidad en que viven, para, a partir de su sufrimiento y martirio, dotar de "santidad" su actitud. Además, en esta película la protagonista se sacrifica sin sentido para intentar salvar al hombre que ama. Es un sacrificio absurdo y tonto que no tiene pies ni cabeza y que sólo tiene sentido en la medida en que Dios actúa como intermediario y recompensa a la chica por sus acciones. No me gusta la importancia que se da a actitudes más bien propias de una persona desequilibrada que de una persona responsable de sus acciones y que sepa amarse a sí misma tanto como a los demás.
En fin, que los personajes extremos y planos de la película (muy buenos o muy malos), la falta de realismo de la historia, su absurda moraleja y su idea de religiosidad la convierten en una cinta aburrida y sin mucho interés.