Tras cosechar un notable estatus como guionista en la serie "Expediente X", el director, productor y escritor estadounidense Vince Gilligan se consagraría como principal creador de la exitosa serie Breaking Bad.
Una de las premisas de Gilligan sería el desarrollo de un estilo propio y reconocible, con independencia de la dosis comercial de su producto, o de los determinados recursos manidos de los que pudiera servirse.

Pese a la aparentemente poco creíble historia del señor White,su cuñado de la DEA y compañía: "Breaking Bad" mantendría un nivel bastante alto en los guiones, en parte gracias a unos personajes atractivos, cercanos, poco profundos pero efectivos e inteligentemente gestados. También contribuiría al éxito de la serie un habilidoso uso de la cámara, así como una fotografía chillona pero muy particular, que rápidamente se convertiría en una seña de identidad y de reclamo para el espectador.

Años después y para sorpresa de muchos, "El camino" se nos presenta como una secuela de perfil bajo, en la que se narra el desenlace final de Jesse Pinkman, uno de los dos principales protagonistas de la serie.
Posiblemente, "El camino" gustará más a los fans del posterior proyecto de Gilligan ("Better Call Sahul") que a los puristas de "Breaking Bad". En ese sentido, cabe destacar lo comedida y poco efectista que resulta la historia en comparación con la intensidad emocional que provocaban algunos de los episodios de la serie original. Sin embargo, Gilligan resuelve algunos cabos sueltos con cierta dignidad, consciente de que no quedaba mucho que rascar. No se nos ofrece nada nuevo ni relevante, pero la película entretiene y nos mantiene en vilo, devolviéndonos al desierto de Albuquerque en un ejercicio de inevitable y deseada nostalgia.