Estoy acostumbrado últimamente a películas de ciencia ficción donde el ritmo es trepidante y los efectos especiales son los protagonistas, así que personalmente agradezco de vez en cuando ver algo de otro corte, más intimista y sin tantos efectos especiales. Y todo ello sin limitar el drama que la película narra, y una situación que esperemos esté muy lejos de ser realidad algún día, pero que en los últimos tiempos cobra actualidad.

Las interpretaciones son muy espartanas, los personajes a veces pueden resultar poco creíbles, los efectos especiales brillan por su ausencia y el argumento si lo analizas despacio tiene unos cuantos agujeros, pero yo soy mucho de dejarme llevar cuando veo una película, y poner las pegas después. De esa manera la seguí con relativo interés, esperando intrigado el desenlace final.

Su ritmo lento y su falta de efectos especiales también es algo que echará para atrás a más de uno. Pero si se aceptan todos estos hándicaps, estamos ante una película intimista sin llegar a ser un bodrio, cuya fotografía e iconografía es notable, con mensajes complejos que invita a la reflexión, y que al menos marca una diferencia con respecto a los típicos "blockbusters" de ciencia ficción.

Sin grandes pretensiones, y con un guion previsible, pero es una película que cumple su función: divertir a los pequeños y hacer que los mayores sonriamos también con la socarrona personalidad de Garfield. Acostumbrado a otras pelis familiares horrorosas, está en cambio tiene gags decentes y la animación es aceptable, y los padres en vez de agonizar podemos pasar un rato agradable. Puristas de las tiras cómicas, abstenerse.