Y personalmente no abandoné la sala por pura curiosidad, quería comprobar si definitivamente había malgastado mi dinero. Lo ratifiqué. Los 6 euros peor invertidos de toda mi vida. Anunciada como una película terrorífica, lo único con lo que salí de la sala fue con una decepción tremenda y un sentimiento de haber malgastado mi tiempo. Pésima, quizás sea para gente más inteligente, pero yo no conseguí captar su significado.

Después de ver las otras dos entregas de la saga, definitivamente me quedo con Eclipse, tiene un ritmo más emocionante aunque la historia central siga siendo el mismo dilema adolescente y un tanto aburrido de lo predecible. Aún así, y teniendo en cuenta que es una película para quinceañeras en plena efervescencia hormonal (solo tienes que haber ido el día del estreno y haber aguantado los grititos histéricos cuando algún teen-idol salía sin camiseta para comprobarlo), me parece un film medianamente pasable.