Empezando por el hijo adolescente (Max Burkholder, al cual no le auguro un buen futuro en la industria cinematográfica ni como actor de doblaje), capaz de dejar pasar a un completo desconocido armado con un cuchillo dentro de su "búnker" (entre comillas, ya que he visto persianas que protegen más que aquello) la noche en la que ese hombre puede matarles sin tener que rendir cuentas ante la justicia.

Pasando por la hija adolescente, la cual tras ver como el pirado de su novio intenta matar a su padre, se atrinchera con el en la habitación para después perderse por la casa (una casa que por cierto debe ser algo así como el estadio de Oliver y Benji ya que no hay manera de encontrar a un miembro de tu familia por mucho que grites su nombre) aun a sabiendas de que un extraño armado anda vagando por ella "como Pedro por su casa".

Y terminando con la madre, la cual prefiere arriesgar la vida de su familia entera con tal de no entregar a un completo desconocido que se ha escondido en su casa y ha amenazado a su hija a punta de pistola. Una madre que tras enterarse de que sus vecinos también les quieren matar (¡ojo! porque su casa es la más grande y presumen de ello, motivo más que razonable para querer matar a sus vecinos, oigan), decide perdonarles la vida y sentarse a la mesa con ellos (¡solo les falta el té con pastas!) para después dejarles ir, incluyendo al completo desconocido por el cual han matado a su marido. Y fín de la peli. Y estado de máxima indignación en mi persona.

Fue la primera película que creó en mi el denominado factor sorpresa, cuando después de haber visto la primera crees que en la segunda el malo seguirá siendo Schwarzenegger y en el momento de máxima tensión dice: "al suelo"... simplemente genial.