Invadidos de malas películas como esta sí que estamos. Últimamente parece que la falta de ideas y la reiteración de los tópicos nos invade. No hay ni siquiera unos buenos efectos especiales. Los personajes son poco creíbles, desdibujados, sin ninguna personalidad, sin ninguna profundidad, totalmente insulsos, con diálogos en los que no se dice ni aporta nada. Eso sí, la cámara enfoca constantemente en primer plano caras, labios, dientes, pestañas... que no dicen nada.El espectador termina sintiendo tanto cariño por los terrestres como por los invasores. Y tampoco en estas criaturas se han esmerado mucho. Es increíble que se hayan gastado tanto dinero en una película en la que no se aporta ni una sola idea original y ni siquiera sabe "cortar y pegar" de lo que ya hay hecho.

Por fin una película diferente, nueva, fresca. Crebinsky es una isla en el desierto de ideas del cine, especialmente de la industria norteamericana, realizada con pocos medios. En una historia un poco loca o absurda,se van ensamblando las vidas de diversos personajes. Es interesante ver como pequeños hechos de la vida diaria pueden afectar de manera decisiva a otras personas. Los personajes principales son entrañables, tanto los hermanos Crebinsky, como Muska, su vaca, como el farero. Eso sí, no hay un objetivo. Se trata de contar, a través de una especie de realismo mágico gallego, como viven dos huérfanos que han estado siempre aislados, sin tintes trágicos, con un humor tierno y algo disparatado. Interesa cada momento, el presente, como si de un documental se tratase. Muy creativa.