Decía Thomas Alva Edison: "Para inventar, necesitas una buena imaginación y una pila de chatarra" . Bueno, pues esta película sólo tiene la última parte de la ecuación. En realidad ni eso, ya que hablo en sentido metafórico, porque no tiene nada de nada. Ya sabemos que todo es subjetivo, que lo que a uno le encanta otro lo encuentra aborrecible. Pero dentro de esa relatividad es incomprensible que este director sea el mismo que hizo Traffic, Erin Brockovich, Ocean´s Eleven o Sex, Lies and Videotapes.

El guión es inexistente, la historia anodina, el montaje caótico y la capacidad de comunicar de Gina Carano es inferior a la de cualquier robot antropomórfico (quizás penalizada por un doblaje totalmente mortecino). Y alguno dirá que es una película de acción y que es lo suyo. Puede ser. Pero juntar a un elenco de actores como Ewan McGregor, Michael Douglas, Michael Fassbender, Antonio Banderas y Bill Paxton, para "quemar celuloide" sin sentido, alrededor de la luchadora vengativa de plástico... es de juzgado de guardia.

Las licencias que se permite Soderbergh en muchas escenas, --con apariciones de la protagonista inexplicadas, coches policiales que aparecen inopinadamente por trochas forestales nevadas y cerradas al tráfico--, no son aceptables para cualquier mente que esté tratando de conseguir implicarse en la historia. Las elipsis están bien, el don de la ubicuidad a voluntad, no tanto.

Dice Soderbergh de sus actores "Siempre intento estar seguro de que estén bien, y cuando están en el plató los dejo a solas. No me meto en su camino." Eso está muy bien, pero ellos no saben lo que está encuadrando el director, ni lo que hace luego en el montaje, ni cómo está contando la historia. Todos ellos se ponen muy serios en sus papeles, y ninguno resulta creíble.

Las escenas de lucha... pasables. Pero no para tirar cohetes. Si Soderbergh quiere hacer como Tarantino con su homenaje a la pelis de artes marciales (Kill Bill) en mi opinión no le ha subido el soufflé en su propuesta. En fin me extrañó que al cabo de una hora de proyección algún espectador no gritara de desesperación ("¿pero qué me están contando"?) aunque sí ví a alguno que, en medio del aburrimiento empezó a jugar con el teléfono móvil. Esta pelicula parece una tomadura de pelo, no es sólo independiente, de poco presupuesto, de serie B , es serie Z. Soderberg conseguirá ser fiel a una de sus afirmaciones: "No me interesan las películas de éxito." La suya dudo mucho que lo sea...