Me asusta y a la vez me emociona en tan solo imaginar la primera vez que vi la que hoy es mi película favorita. Tenía 12 años (ahora tengo 13) y fue una de las semanas más locas de mi vida, en el televisor aparece el corte comercial que aun recuerdo lo que decía: '' arte en su más puro estilo, impactante, la obra maestra del genio Stanley Kubrick, Naranja Mecánica''.
Por si no fuera poco en mi revista favorita ponen la ficha técnica, la cual me llamo la atención.
Por fin llego el día, empieza la película y, fue quizás el intro más extraño que había visto. Es la única película que visto en toda mi corta vida, que me ha hecho llorar, reír y emocionarme en los 137 minutos. Me quede con ganas de mas e investigué sobre la película, he visto miles y miles de comentarios, y puedo decir que me siento afortunada ya que la mayoría dice que debido a ciertas escenas la película no es apta para menores de edad por su alto contenido violento y sexual, ya que puede ser malinterpretada, pero aun así a mi me encantó.
Esta obra nos lleva a los adentros de la indagación de una de las preguntas más retóricas: ¿ser malvado por gusto o bueno por obligación? Cabe destacar las magníficas escenas en las que el tiempo se hace lento o rápido al ritmo de Beethoven. Algunos se preguntarán ¿que tanto cariño se le puede tomar a un joven drogadicto amante de la violencia? al decir verdad si me hubieran preguntado eso antes de ver la película mi respuesta habría sido: ‘‘adelante, denle su merecido, por que es justo ya que el ha hecho sufrir a muchos''. Pero a mi me cautivó su frase de: '' Así, hermanos y únicos amigos míos'' a tal grado de sentir pena por el pobre joven que, sin siquiera conocerme ya me consideraba su amiga, lloré de pena.
El filme en si es como un Ludovico pero al revés, combina la violencia con música clásica que termina por gustarte.
Para mí la mejor película de la historia, y me hizo la persona que soy.


Sin lugar a dudas me había curado.