Me pregunto por qué esta serie es tan poco conocida. Todo el mundo habla de Heartstopper, que sí, es muy bonita y gracias a ella llegué a esta preciosísima obra creada y dirigida por seis maravillosas mujeres; a las que les estoy profundamente agradecida por haberme hecho disfrutar con la intensidad con la que lo he hecho.
La delicadeza con la que están dibujadas las escenas y los diálogos del proceso de enamoramiento son una delicia; mención de honor a la banda sonora que acompaña muy bien el hilo narrativo de esta bella historia de amor.

Se la recomiendo fervientemente a todos aquellos que disfruten de las historias románticas donde se le da especial hincapié al proceso de enamoramiento, a las miradas, a los gestos, a los encuentros y desencuentros, a la imposibilidad de un romance que podría ser posible.

Cuando es fácil y es difícil decir lo que se siente, cuando eres tú mismo el que se interpone, cuando también se interponen los demás, cuando nos debatimos entre lo que queremos y lo que se espera de nosotros.

Los actores brillan de verdad, sin embargo resaltaría el trabajo de Edvin Ryding (Wilhelm) que nos regala una interpretación soberbia, sin la cual Jóvenes altezas no sería lo que es. Podemos sentir su angustia, su alegría, sus tormentos y desesperación, literalmente podemos mirar dentro de su alma. Con una actuación más bien contenida, pero de profunda repercusión en el espectador sensible.
Existe entre él y el espectador una conexión tan descomunal que asusta.

Por favor, vedla en versión original, es imperativo.

Lo mejor de esta película es que es un verdadero ensalzamiento a la vida.
A veces es posible, a veces podemos influir radicalmente en los demás, podemos cambiar de alguna forma el rumbo de sus vidas, no la de todos los que se crucen en nuestro camino, pero sí la de algunos. Influir para bien, regalando esperanza, otra forma de ver la vida, contribuyendo un poquito a hacer más agradable la existencia, a encontrar un sentido, etc.
La vida, esa vida que, a veces, nos parece tediosa y sin sentido es lo único que tenemos, no hay nada más, los instantes lo son todo y no deberíamos olivdarlo nunca. Esta película nos lo enseña. Y si aprendes la lección, no habrá cosa que pueda preocuparte seriamente nunca más (lo único que no tiene remedio es la muerte, la no existencia).
Los instantes perdidos no se recuperan jamás y... aún así ¡cuántos vamos desperdiciando en nuestro efímero paso por este mundo! ¡Qué contradicción! ¡Qué sinsentido!

La fui a ver con expectativas neutrales y me sorprendió gratamente. A quienes no les echa para atrás la natividad y un poco de religión les va a gustar. A quienes aún creen les va a encantar. Los animales son divertidos y los niños disfrutan.
Yo ya no soy una niña, pero me deleitó igualmente.

Mary y Max es una bellísima película animada que nos da todo lo que el corazón puede desear.
Mary es una niña australiana, solitaria y con unos padres de pena. No hay nadie que le de apoyo moral cuando se siente fea, (y le pasa a menudo) nadie a quien pueda contarle que en el colegio se burlan de ella.
Un día, en la oficina de correos, escoge al azar un nombre de la guía telefónica , el de Max Horowitz, un neoyorquino, también solitario, judío, obeso y, para más inri, con el síndrome de Asperger; es entonces cuando empieza su particular y entrañable historia.
A medida que transcurre la película no podemos sino empatizar con los los protagonistas, somos partícipes de la gran amistad que va surgiendo entre ellos y de lo mucho que se necesitan.
No podremos evitar que la ternura nos invada constantemente y está bien. Son tan pocas las películas que tocan el corazón de esa forma...
Un consejo, vedla en versión original.

Ayer noche ocurrió un milagro. No esperaba ver una película tan bella pero las casualidades, a veces, son mágicas.
Es, sin lugar a dudas, la historia de amor más bonita que he visto en mucho tiempo, (es...tremendísimamente romántica ¡Dios santo!) por todo lo que conlleva, superar obstáculos, ser valiente, entregarse y, sobre todo, tomar decisiones.
Madurar.
Shelter es magia, es real, es colosal. Con unos actores espectaculares (por auténticos), una banda sonora deliciosa; California de telón de fondo, las olas, sus mansiones, pero también su lado menos privilegiado.
El ritmo de la película es magnífico y no decae en ningún momento...te tiene en constante emoción.
Qué puedo deciros sino que os la recomiendo fervientemente...a todos los amantes de las historias de amor profundas y magistralmente contadas.