El final es tan absurdo que no pide volver al cine a ver la siguiente parte de la saga.
No es una película mala per se, la saturación de este género hace que se encuentren paralelismos inevitables con Los Juegos del Hambre, Divergente, e incluso a la gran fuente de historias que es La Caverna de Platón, ya sea por la supervivencia, por el hecho de estar encerrados en un sitio sin saber porqué o por la trama postapocalíptica.
Un punto a favor, que se agradece, es la ausencia de romanticismo. Era hora de ver una película de adolescentes que no acabara siendo pastelosa, y esta tenía todas las trazas.
En resumen, una película que hubiera sido medianamente buena en una época más favorable, hoy, solamente entretenida.