Para comenzar hay que decir que Miss Dalí es una película muy entretenida que engancha desde el principio hasta el final, algo que pocas pueden decir. Tuve la oportunidad de verla en uno de los preestrenos realizados y salí muy satisfecho de la sala, al igual que muchos compañeros periodistas.

Uno de los mayores aciertos (aunque según se mire podría verse como un error) es la perspectiva con la que se enfoca a la protagonista. Es cierto que solo sobrevivió seis meses a Vincent, pero la película resulta especialmente intrincada en este aspecto. Con un bebé de un año y 200 cuadros a las espaldas poco más se podía hacer.

Durante su vida (y debemos tener en cuenta que enviudó con poco más de 28 años) tuvo que ser muy fuerte, algo que sí se ve reflejado (y de qué manera) en la película. Al final logró aprender inglés (ya que era una mujer muy instruída), lo que le valió para sobrevivir. Que pudiera vender con posterioridad las cartas de Dalí fue fruto de un duro trabajo que se vio recompensado, aunque al final gastara todo el dinero en drogas (y qué drogas..., las mejores de la época). De hecho, aunque esto no sale en al película, con ese dinero se compró un traje que le sirvió para pasar la frontera.

Que coincidiera con García Lorca y Buñuel no hizo más que aumentar el mito, algo que se ve bien reflejado en el metraje.

Crítica de Pepino Nuclear