La tercera temporada de 'The Mandalorian' ha supuesto para mí una gran decepción. Aún así no puedo ponerle menos de un 7, porque al fin y al cabo nos ha devuelto todo lo bueno que nos habían dado sus dos anteriores entregas. Un acabado visual impresionante, y una aventura semanal en esa galaxia muy muy lejana a la que nos encanta volver de vez en cuando, y además presentando al público general muchos de los elementos y personajes interesantes que tenían otros productos de la saga como 'Clone Wars' y 'Rebels', que pasaban algo desapercibidos excepto para los fans muy cafeteros. ¿Qué más se le puede pedir?

Pues sí, yo le pedía más. 'The Mandalorian 3' es más de lo mismo, sí, pero se ha atascado en un punto en el que la serie no avanza. La temporada 2 acabó un cliffhanger realmente épico, emocionante y prometedor que a todos nos puso la piel de gallina. Pero esa promesa quedó en un cameo vacío y carente de sentido, visto a día de hoy. La trama de Grogu con Luke podía haber dado muchísimo más de sí, pero se resuelve en un único capítulo y encima en otra serie aparte. Arrancamos esta nueva temporada sin ninguna alusión al respecto. ¿¡Pero qué me estás contando!?

Lo mismo sucede con los piratas y el asedio a Nevarro. Una trama que podría haber sido de lo más interesante y haber abarcado varios capítulos, se resuelve de manera fácil y rápida en un único episodio, desperdiciando a su vez uno de los villanos más chulos que hemos visto en Star Wars en los últimos años. Y así todo lo que nos propone está nueva temporada. El mandaloriano es como Julio César: "Llegué, vi, vencí". Y nada supone un verdadero reto para él. Así ha sido desde el inicio de la serie, pero el hecho de que no haya voluntad de querer contar algo más ambicioso, de jugar con los jugosos elementos que nos han presentado, en definitiva, que 'The Mandalorian' no quiera evolucionar y salir de su zona de confort, le resta gran parte del interés para mí.

2022 ha acabado siendo sin duda el año de Guillermo del Toro. Tras una tibia 'El callejón de las almas perdidas' y remontar cabeza con su particular 'Gabinete de Curiosidades', con la que para mí sin duda ha alcanzado su cénit es con esta maravilla llamada 'Pinocho'.

Nunca esperé encontrar en Netflix un aliado que de verdad valorara el poder de la animación, pero dadas las últimas puñaladas traperas del resto de la industria a este tipo de historias y a sus creadores, y a pesar de muchas cosas negativas que le podríamos echar en cara, la N roja ha resultado ser todo un paladín protector del mundo de la animación.

Gracias a ella es que tenemos esta nueva adaptación de Pinocho, que captura y retrata toda la magia que Disney y sus remakes corporativos han tirado por tierra, y logra convertirse por derecho propio en la que probablemente sea la mejor película sobre el niño de madera realizada hasta la fecha. Era difícil sobrepasar al clásico animado de Disney tan asentado ya en la cultura popular como el cuento original, pero aún así Guillermo del Toro consigue hacer la historia suya, cautivar y emocionar con el relato ya mil veces contado, otorgarle nuevos matices y, ante todo, desprenderse de su propio corazón y cedérselo al muñeco de madera cual Mago de Oz al Hombre de Hojalata.

Todo un acierto también la realización en stop-motion. Es la magia de la animación en sí misma la que, al igual que en la película, da vida al objeto inanimado que se vuelve real en la pantalla. No todo el mérito es de Del Toro. Mark Gustafson, que codirige la cinta, le da a la animación un poder visual desbordante que cautiva desde la primera secuencia. Patrick McHale (creador de la fantástica 'Más allá del jardín') se une a Del Toro para construir un guion en el que vuelve a abanderar su devoción por la animación de principios del siglo XX y los toques tétricos y siniestros. Aunque no deja de ser una película para todos los públicos, es cierto que la montaña rusa de emociones de este nuevo Pinocho llega a atravesar lugares verdaderamente impactantes.

Hasta el momento, mi película favorita del año. Mi deseo para el Espíritu de la Madera, con permiso de Sebastian J. Grillo, es que a pesar de su muy discreto paso por las salas de cine, su llegada a Netflix le regale el merecido reconocimiento del público a este auténtico clásico instantáneo.

Recuerdo cuando hace no tanto tiempo debíamos esperar al menos un año para viajar de nuevo a una galaxia muy muy lejana...; ya no digamos antes de la era Disney. El necesario tiempo de sequía entre una aventura y otra permitía que cada regreso a Star Wars se sintiera como algo verdaderamente mágico, una nueva historia que realmente aportaba a la saga, una experiencia que se convertía en un auténtico evento.

Pero esos tiempos acabaron. Ahora el imperio del streaming es quien manda, y Disney+ nos traerá tantos productos de Star Wars como pueda para engordar su catálogo y mantener un riego constante de «contenido» (agh, qué tirria le tengo a esta palabreja) que obligue a sus suscriptores a permanecer anclados a su plataforma, a pesar de lo insulsas y poco trascendentes que sean estas nuevas producciones (véase la reciente 'Obi-Wan Kenobi').

Con este panorama, otro producto centrado en la rebelión parece ser la cosa que menos necesita ahora mismo Star Wars. Por suerte, este no es otro producto centrado en la rebelión.

'Andor' es, ante todo, sorprendente. Es mucho más ciencia ficción clásica que fantasía. Es adulta, madura, oscura y cruda, virtudes que en su día apreciamos en 'Rogue One' pero que aquí se elevan aún más. Incluso se permite la licencia de decir en voz alta palabras como "mierda" o "burdel” (increíble la secuencia con la que arranca la serie, toda una declaración de intenciones), totalmente prohibidas hasta ahora en el espacio blanco y familiar del Star Wars clásico.

La serie de Andor comparte con su protagonista Cassian el deseo irrefrenable de salir huyendo, de alejarse lo máximo posible de su punto de partida para que una nueva aventura pueda comenzar. Así pues escapamos a territorios más cercanos a 'Blade Runner' o incluso a 'Tales From the Loop' a través de la música, estética y otros elementos de la narrativa. Incluso el diseño de las naves y de los androides quiere marcar diferencia con el resto del universo Star Wars. Tan solo el emblema imperial en un pequeño detalle que apenas destaca unos segundos en pantalla nos recuerda brevemente la franquicia en la que estamos.

No llega a ser 'The Mandalorian', pero 'Andor' entretiene más que 'Boba Fett' y tiene muchas más cosas que contar que 'Obi-Wan'. Y está tremendamente mejor filmada que esta última, lo cual es de agradecer.

En definitiva, Tony Gilroy nos trae un producto que bien podríamos considerar experimental y autoral dentro de los rígidos cánones de Star Wars, y que supone el más punto más alejado de la franquicia con respecto a la saga principal (sin contar los cortos de 'Visions', que no entraban dentro del canon). Deseando de ver cómo continúa en las próximas semanas, tras los tres estupendos episodios emitidos hasta ahora.

Escribo esta crítica a falta de estrenarse el sexto y último capítulo porque con lo ya visto la serie ha agotado todas mis esperanzas de que la cosa remonte. 

Reencuadres de infarto, movimientos de cámara penosos, primeros planos absolutamente aberrantes... Todos y cada uno de los errores de esta producción y sus decisiones creativas muy cuestionables son "pa flipar en colores", en serio.




ATENCIÓN: SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ POR FALTA DE ESPACIO






Antes que entrar el turrón, quiero aclarar que no me considero un "hater" de esta nueva etapa de Star Wars en manos de Disney. Creo que, pese a sus baches, nos ha aportado nuevas historias bastante decentes. La tan criticada "Los últimos jedi" es de mis películas favoritas de la saga. Me gusta ver siempre el lado positivo a cada nuevo producto de Star Wars, pero en este caso, de verdad, se me hace imposible.

Aún así vamos a intentarlo, veamos los puntos positivos: Leia me ha gustado. Que sí, que la niña es muy repipi y entorpece la serie. Pero esa es precisamente su función. Los personajes que están para molestar al resto de la tropa son muy marca de la casa, no me disgustan y al final se les coge cariño (3PO, los ewoks, Jar Jar Binks... –Bueno, a Jar Jar NO se le coge cariño). Es cierto que infantiliza el tono de la serie, y crea escenas un tanto absurdas. Sin embargo, no hemos de olvidar que los niños y los adolescentes son buena parte del público objetivo de Star Wars, y la saga está directamente escrita para ellos (en palabras de George Lucas). Siempre ha habido este tipo de elementos en Star Wars, y no sé por qué empezamos a quejarnos ahora.

Los dos primeros capítulos me parecen bastante decentes como punto de partida a la aventura. Logran que la propia serie justifique su existencia, a mí personalmente me convenció. Pero a partir del tercero Obi-Wan pierde el rumbo y descarrila por completo.

Esto está directamente relacionado con la aparición de "Darth Vader". Lo pongo entre comillas porque este personaje ni habla como Vader, ni se mueve como Vader, ni se comporta como Vader. "Es así porque es una versión más joven y más parecida a Anakin". Que sí, que vale. Pero es un destrozo al Vader que todos conocemos.

En Stranger Things, que se ha emitido simultáneamente a Obi-Wan, han conseguido un villano mucho más trabajado y que infunde mucho más miedo, y es... Un maldito reloj. Literalmente. Es un reloj. Aquí tenemos al villano más icónico de la historia del cine, y vale, pues muy bien. Hacerle esto a Darth Vader me parece un auténtico ultraje. ¿Dónde están sus frases icónicas? ¿Dónde está el temor que imponía cada vez lo veíamos en pantalla? Y ojo, que imponer temor no quiere decir que se cargue por las buenas a cada personaje que aparezca a su lado, sino transmitir la sensación de "este tío nos reventaba ahora mismo con solo pensarlo si le diera la gana, pero le importa todo tres cominos y le damos tan igual que ni siquiera se va a esforzar en hacerlo". Véase la primera aparición de Vader en Rogue One, o todas sus escenas en Rebels...

Por no hablar de la música. Este, en mi opinión, no es un spin-off de Star Wars, ES Star Wars. Es una continuación directa del Episodio III, y como tal debería tener cierta continuidad estilística con él. Sin embargo deciden prescindir por completo de uno de los aspectos más memorables de Star Wars: su música. Cuando hablan de la fuerza, no suena el tema de la fuerza. Cuando sale Leia no suena el tema de Leia. Pero lo que es criminal es que cuando sale "Vader", no suena la Marcha Imperial, sino una versión cutre del tema como si no tuvieran los derechos para usarlo. ¿Pero qué me estás contando? ¿Por qué rompes la que probablemente sea la vinculación más estrecha entre un personaje y su tema musical? ¿¿PERO A QUIÉN SE LE HA OCURRIDO TRATAR ASÍ A VADER??

Con su 'Ms. Marvel' Marvel Studios se da un lavado de cara, se aleja de multiversos y conflictos épicos y regresa a territorios más tranquilos, corrientes y con elementos más ligeros, con reminiscencias de la trilogía de Spider-Man de Raimi, apelando a un público más infantil y juvenil. Si esto te parece mal, enhorabuena, pero no quiere decir en absoluto que la serie sea mala. Es más, todo lo contrario.

Aunque en su primer episodio no ha cambiado la industria audiovisual (ni esperamos que lo haga), sí que ha cumplido con creces con lo que le se le pedía y personalmente ha superado mis expectativas. Se le puede criticar que su historia sea bastante cliché y está ya muy vista (Sin ir más lejos, 'Red' de Pixar parte de la misma premisa), pero toda la originalidad que le falta a su historia la derrocha en una identidad visual desbordante, que ya de por sí le otorga a la serie una autenticidad y gracia de la que carecen la mayoría de este tipo de producciones.

La dirección, fotografía y los elementos visuales con los que coquetea ingeniosamente dotan a 'Ms. Marvel' de un estilo propio muy marcado que encaja a la perfección con la personalidad de la protagonista y el propio espíritu que rezuma la serie. Cuando Marvel hace las cosas bien hay que reconocérselo, y su apreciable esfuerzo de diseñar un tono específico que identifique a cada uno de sus últimos productos es merecedor de gran aplauso. Véase 'Eternals', 'Caballero Luna', 'Doctor Strange'...

¿'Ms. Marvel' es infantil? Mucho ¿Cabría perfectamente en la programación de Disney Channel? Sí ¿Es ágil, divertida y no se toma en serio a sí misma? Totalmente, y eso es lo mejor. Si ahora exigimos que todas las películas de superhéroes tienen que ser calificación +18, y nos tenemos que tragar un tono serio y trascendental en todas las aventuras de gente galáctica con poderes que se visten en mallas para darse de leches con monstruos de colores; yo personalmente me bajo del carro.

Así que si todo lo que te he dicho te ha hecho dar retortijones, y además has visto que está protagonizada por una chica pakistaní y te has puesto a soltar espuma por la boca al grito de "INCLUSIÓN FORZADA DISNEY WOKE PROGRE AGENDADHSKXBSKDGSJSKXBW", está claro que está serie definitivamente no te va a gustar. No te pierdas tiempo en ella, vuelve a esperar la próxima película súper épica, súper adulta y súper profunda que haga Zack Snyder, y mientras yo me quedaré aquí disfrutando de las aventuras de Kamala como jovencito inmaduro, infantil y sin criterio que soy. Porque aunque te jorobe reconocerlo Kamala mola. Mola mucho.



Actualización tras el final de la serie:
Una lástima que 'Ms. Marvel' se marque un Obi-Wan, se olvide de gran parte de sus virtudes después de sus dos primeros capítulos y pase a ofrecer un entretenimiento mucho más caótico y aburrido, tan solo para volver a ser algo un poco decente en su último episodio.

Tras la mencionada 'Obi-Wan Kenobi' ya es la segunda producción de Disney + que se nota a la legua que ha sido alargada con muy poca gracia para pasar de una película a una serie de varios capítulos para engordar el catálogo de la plataforma.

Si se hubieran centrado en aventuras sencillas de Kamala más episódicas y autoconclusivas probablemente hubiéramos tenido un resultado mucho mejor. Pero parece que Disney + le tiene miedo a las series con episodios autoconclusivos y solo nos ofrece películas estiradas como un chicle. Así que esto es lo que tenemos.