La tercera temporada de 'The Mandalorian' ha supuesto para mí una gran decepción. Aún así no puedo ponerle menos de un 7, porque al fin y al cabo nos ha devuelto todo lo bueno que nos habían dado sus dos anteriores entregas. Un acabado visual impresionante, y una aventura semanal en esa galaxia muy muy lejana a la que nos encanta volver de vez en cuando, y además presentando al público general muchos de los elementos y personajes interesantes que tenían otros productos de la saga como 'Clone Wars' y 'Rebels', que pasaban algo desapercibidos excepto para los fans muy cafeteros. ¿Qué más se le puede pedir?

Pues sí, yo le pedía más. 'The Mandalorian 3' es más de lo mismo, sí, pero se ha atascado en un punto en el que la serie no avanza. La temporada 2 acabó un cliffhanger realmente épico, emocionante y prometedor que a todos nos puso la piel de gallina. Pero esa promesa quedó en un cameo vacío y carente de sentido, visto a día de hoy. La trama de Grogu con Luke podía haber dado muchísimo más de sí, pero se resuelve en un único capítulo y encima en otra serie aparte. Arrancamos esta nueva temporada sin ninguna alusión al respecto. ¿¡Pero qué me estás contando!?

Lo mismo sucede con los piratas y el asedio a Nevarro. Una trama que podría haber sido de lo más interesante y haber abarcado varios capítulos, se resuelve de manera fácil y rápida en un único episodio, desperdiciando a su vez uno de los villanos más chulos que hemos visto en Star Wars en los últimos años. Y así todo lo que nos propone está nueva temporada. El mandaloriano es como Julio César: "Llegué, vi, vencí". Y nada supone un verdadero reto para él. Así ha sido desde el inicio de la serie, pero el hecho de que no haya voluntad de querer contar algo más ambicioso, de jugar con los jugosos elementos que nos han presentado, en definitiva, que 'The Mandalorian' no quiera evolucionar y salir de su zona de confort, le resta gran parte del interés para mí.