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España España · Barcelona
Críticas de quimbt
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
8
13 de septiembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de animación no ha sido de los más visitados por mi parte, pero visto lo visto ojalá tuviesemos más oferta como la que nos ocupa.
Para muestra, la primera escena. En 2 minutos, y sin salir de una habitación, pero saliendo (me entenderán los que la vean), nos introduce de lleno muy hábilmente en la situación de nuestro protagonista con toda su carga dramática. No hacen falta previos, ni rodeos, ni entornos, ni introducciones. Eso es cine. Animado, o no, es lo de menos. Y es una gran noticia que la academia del cine español se decidiera a reconocerla con el Goya al mejor guión adaptado, sobre la obra del mismo título de Paco Roca, premio nacional nacional del comic en 2008.
A partir de ese instante inicial acudimos a lo que para muchos será una presentación de lo que es uno de los lugares más tristes pero necesarios, y deshumanizados pero de compleja solución: una residencia para gente mayor.
En esa etapa del film nosotros no lo sabemos, pero mientras tomamos conciencia de esa realidad los guionistas nos van plantando toda una serie de situaciones que recogeremos en la segunda mitad.
Situaciones que adquirirán una profunda carga emotiva por el cambio de protagonismo entre nuestros dos personajes principales. Una entrega como el testigo en una carrera de obstáculos. Como en la vida.
Lo que al principio entendemos como una cruda ley de vida, a muchos ojos inevitable, se convierte en un canto a la dignidad del ser humano. Una dignidad que halla su camino gracias a la comprensión de otro ser humano. Gracias a la amistad.
Como siempre, intento buscarle algún punto en el que aportar mi granito de arena. Y en este caso está en algo tan levemente trascendental como el título. Podrían haber encontrado otros mucho mejores. Quizás es una oportunidad perdida para haber universalizado un poco la conciencia alrededor de este drama de la gente mayor, pues toca un tema del que bien se podrían hacer eco todas las personas con capacidad para ayudar.
Todavía está en el cine y en Filmin. No os la perdáis.

PARA: quien guste del buen cine dramático, poco frecuente en animación
ABSTENERSE: los que acuden al cine a recibir su dosis de adrenalina
quimbt
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9
27 de septiembre de 2012
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Varios son los lujos alrededor de esta obra de los que me gustaría dejar constancia aquí. El primero es el de haber asistido a uno de los pre-estrenos más auténticos a los que posiblemente asista en toda mi vida: una película muda de exquisita factura en el marco del Liceu y bañada con música en directo, tal y como fue concebida. Tal y como podría haber sucedido en los grandes eventos culturales de hace ya casi un siglo.

Pero el evidente lujo fue el de disfrutar de esta película de tan marcada personalidad. En boca y cabeza de todos estaba la expectativa provocada por la inevitable comparación con la pionera en la recuperación del cine mudo en blanco y negro: The artist (2011). No pienso convertir estas impresiones en una mera comparativa. Simplemente, destaco que, con todas sus diferencias, me quedo con ésta, sin que se me vean los colores. Nacionalismos aparte. Curiosamente, fue planeada años antes de concebirse la francesa.

Estamos ante un film cuidado al detalle en un sinfín de aspectos, desde los técnicos hasta los artísticos, pasando por tan especial velada para su presentación en sociedad. Destacan por encima del resto, su asombrosa fotografía, la riqueza de su música y el equilibrio de su guión. Hay un plano que reúne en sí mismo estos tres logros: el del vestido en el barreño de madera. Y lo que, en mi opinión, es uno de los aciertos superlativos del film es el casting, muy especialmente el femenino. Maribel Verdú, Angela Molina e Inma Cuesta están clavadas en sus papeles. Y como sorpresa más agradable, Macarena García se funde con su personaje en un idilio con la cámara que produce auténtica mágia en pantalla.

Como no podía ser de otra manera ante una obra tan largamente preparada, el tratamiento que la película hace de la luz es en sí mismo un espectáculo digno de ver y un regalo para los ojos.

Mi única mueca la reservo para la elección que el guión hace eligiendo el mundo del toreo como universo adaptado del cuento original de los Grimm. Evidentemente, había más alternativas que no sigan ahondando en los topicazos que sigue arrastrando este país más allá de sus fronteras.

Sin ir más lejos (de hecho sí que vamos lejos), esta misma mañana el film ha sido escogido por la academia para representar a España en los Oscars. Veremos si tiene la suerte que merece y es analizada sin la erosión de la todavía fresca película francesa, gran vencedora de la última edición de dichos premios.

PARA: absolutamente cualquiera que sepa apreciar mínimamente el cine de calidad
ABSTENERSE: los que ya no fueron convencidos a ver The artist y salieron igual (o ni fueron)
quimbt
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7
13 de septiembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que la vi, tenía la edad de los protagonistas, lo que aumentó esa pequeña huella. En algunas ocasiones el cine te da uno de esos momentos en los que sientes que algo se conecta a ti. No quedas deslumbrado por una escena maravillosa, ni conmovido por la fuerza de una imagen, ni impactado por una historia. Simplemente, notas como algo, que llega sin alardes ni aspavientos, se acerca a ti y te toca dejándote como pensativo con una sonrisa tonta en la cara. Y entonces, en medio de la locura de nuestro día a día, entiendes que lo que te ha tocado es el tiempo. Te ha parado, a propósito, para recordarte que también pasa por ti inexorablemente.
En esta película de relaciones entre jóvenes que creen estar a punto de dejar de serlo, encontramos muchos de los tópicos del cine de pandilla americano, pero salvando y mucho las distancias con la gran mayoría del resto de películas. Aunque no deje de pecar de algo muy propio del cine americano: los sermones morales.
De entrada, tiene un reparto de lo más nutrido, reuniendo a una gran representación de actores y actrices que ya sumaban varios papeles previos como protagonistas. Muchos de ellos, además, caras muy conocidas. Quizás al que más destacaría es un secundario y no tan conocido, Michael Rapaport, que borda su papel, algo similar al que realizó en Amor a quemarropa (1993).
También destacaría que no me parece un film pretencioso. Toca principalmente el tema del compromiso de pareja al alcanzar "esa" edad crucial para la sociedad en la que vivimos. Y lo hace de una manera totalmente desenfadada, sin ponerse trascendental pero sin tomárselo a pitorreo. Sinceramente, creo que el resultado es bastante efectivo. Cuenta con varios diálogos con un punto de ingenio más que destacable.
Pero para mí, contiene una perla que concentrará para siempre en ella el recuerdo de toda la película. La Lolita de nuestra generación: el papel de Natalie Portman. Una auténtica joya, mágica. Algo a lo que solemos referirnos como química, pero que nunca nadie es capaz de explicar. Y así debe seguir.

PARA: Nuevos exjóvenes
ABSTENERSE: Consumidores de comedias americanas de pandilla de encefalograma plano
quimbt
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6
27 de septiembre de 2012
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de esas pelis que yo siempre he considerado perteneciente a un controvertido grupo llamado "estados de ánimo". Es decir, que según como te pille, acabas vociferando en arameo o sales flipando y comentándola con cualquiera. A mi me ha pillado a medio camino entre un extremo y el otro, lo cual no sé si es bueno o malo. Así que, como siempre, intentaré ser objetivo para ver si me aclaro.
Cualquiera que haya visto un buen puñado de pelis sabrá reconocer pequeñas o grandes originalidades en un film. Éste tiene un punto muy particular. Sabe mezclar muy bien 2 universos que en la mayoría de los casos se ha hecho tirando de tópicos. Por un lado, la rutinaria y nada apasionante vida de una familia afincada en un pueblo de Arkansas. Y por otro, el paranoico mundo interior de nuestro protagonista. Lo sé. Más de uno estará pensando: ¿y con esto pretendes convencerme para ir a verla?. No tan deprisa. Vayamos al ritmo de la vida en Arkansas.
Tampoco es común ver las espectaculares imágenes que nos ofrece sobre la naturaleza que ocupa nuestros cielos. Lo sé. Sigue sin ser un argumento de peso. Sumando estos dos aspectos sí tengo claro que me gustó mucho más Otra tierra.
De largo, en mi humilde opinión, lo mejor son las interpretaciones principales. Tanto Michael Sannon, desconocido para mí, como Jessica Chastain, una de mis musas desde que me hipnotizó con El árbol de la vida. Los dos están sencillamente impecables y soberbios en unos papeles que la inmensa mayoría habría querido estirar en lo dramático. Ellos encuentran en todo momento el pulso interpretativo ideal, a juego con el tono y la localización de la película. Lo sé. Éste empieza a ser un punto que ya convence más. Pero seguimos en Arkansas...
Por lo que he leído por ahí, y por los numerosos reconocimientos internacionales que ha tenido el film, deberíamos valorar una obra muy singular. Una mezcla de géneros entre thriller-drama-terror-cine apocaliptico-cine indie que la convierte en pieza de culto... Pues lo siento. En mi caso no cuela.
No se me ocurre mejor manera de explicarme que haciéndolo en mi terreno: el guión. La peli dura 2 horas. Desde su planteamiento inicial hasta un pretendido imprevisible pero previsible final, la narración contiene algunas sorpresas que no sorprenden. Otra manera de explicarme: si te pierdes un cuarto de hora de su nudo (por la razón más tonta que imaginemos) no te habrás perdido nada en esencia, porque su lineal narrativa deja entrever desde muy pronto hacia donde quiere llevar la historia. Y una última manera de describirlo: el conjunto es menor a la suma de las partes.
En conclusión, para mi representa una muestra más de lo sobrevalorado que suele estar el cine indie americano. Hoy en día el cine es, normalmente, arte o entretenimiento, exceptuando a unos muchos que no consiguen nada de eso o a unos poquísimos que los saben combinar. En este caso, querrá ser lo primero porque, desde luego, no pretende ser lo segundo.

PARA: los que gustan de usar la coctelera con los géneros (mezclando, no agitando).
ABSTENERSE: los que valoran una peli por su buen ritmo narrativo
quimbt
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4
13 de septiembre de 2012
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo peludo de crear obras maestras de la talla de Toy Story, Cars, Wall·e o Buscando a Nemo (mi preferida) es mantener el listón tan alto. Pues resulta que los genios de Pixar lo habían conseguido durante más de una década. ¿Cómo? Creando reiteradamente (mérito descomunal) piezas mágicas de animación mediante la combinación de dos recursos marca de la casa: el dominio de una revolucionaria animación digital (la producción) y una deslumbrante imaginación para crear buenas historias (el guión).
Con semejante talento consolidado durante tanto tiempo uno acude a la sala de cine sin saber si está acompañando a su hija o si está siendo acompañado por ésta. Tras varios anuncios de próximos estrenos un imprevisto aperitivo que no hace sino confirmar (una vez más) todo lo mencionado. No lleguéis tarde porque os perderíais un exquisito corto del mismo Pixar llamado "La luna". Maravilloso cuento que sin necesidad de usar ninguna lengua de este planeta transmite un mensaje que entenderán todos sus habitantes.
Y nada más empezar la peli a la protagonista se le escapa una flecha que agujerea mi globo de ilusión y, sin ser yo consciente en ese momento, empieza a desinflar paulatinamente las expectativas ganadas a pulso por este equipo durante tanto tiempo.
La mejor manera que se me ocurre de criticar la peli es que la sociedad Disney-Pixar se ha balanceado peligrosamente hacia la primera. Es decir, se les ha caido uno de los dos pilares mencionados: en lugar de seguir confiando en su talento para crear historias genuinas han resucitado el obsoleto sello de Disney con un cuento tradicional propio del siglo pasado.
Por si esto fuera poco, eché en falta sobremanera otro de los elementos característicos de sus películas, y que acostumbraba a concentrar la mayoría del buen humor que destilaban: sus personajes secundarios. Lo que más se le acerca en este caso son los hermanos trillizos, que no consiguen ni de largo llenar ese vacío.
Ya hacen bien en acordarse de Steve Jobs en la dedicatoria final. Tampoco harían mal en invocar su espíritu para intentar recuperar su inspiración de cara a futuros proyectos. Ánimo.

PARA: Los rancios seguidores de las películas clásicas de Disney
ABSTENERSE: Los que se convirtieron en fans de la animación descubriendo Toy Story
quimbt
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