Javier Aguirre y Esperanza Roy nos brindan una cinta única. Cine experimental, raro de cojones, pero que sin embargo tiene algo mágico. Y esa magia la brinda Esperanza Roy, que está soberbia en una actuación dificilísima pero ejecutada a la perfección. Con razón, de haber existido unos Goya en el 82, se hubiera llevado el premio a mejor actriz.

Esperanza Roy se desliza entre todas las caras de Juanita Narboni como la mejor surfista en un monólogo de hora y media en el que repasa sus miserias: inseguridades, temores, fracasos, anhelos, frustraciones... Pasa del llanto a la risa en un segundo y te lo crees, de la adoración al desprecio y te lo crees, de la esperanza a la desolación y te lo crees, de la lucidez a la locura y te lo crees.

En definitiva, si valoráis las buenas interpretaciones ¡no podéis pasar esta cinta por alto!

Difiere demasiado de lo escrito por Bradbury y no es para conseguir llevarla mejor a la pantalla.

Una parte esencial del libro para mí y que se pasa completamente por alto en esta película, es cómo retrata las relaciones personales o cómo es esa felicidad que persiguen en ese futuro distópico. Intenta también pintarnos una época mucho más compleja, tecnológicamente más cercana a la actual quemando servidores además de libros y hablando de ADN e Internet, lo que creo que le resta más credibilidad de la que pretende infundir.

Total que mucho fuego, muchos efectos, pero al final te quedas frío.

"El Americano" no es una película de acción aunque pueda parecer todo lo contrario.

Todo el ejercicio artístico desplegado en la película (que no es poco) se postra al servicio del tedio: poco diálogo, situaciones descolgadas (a las que ni se le da ni se le pretende dar en ningún momento una mínima razón de ser), personajes planos y demasiados minutos para digerirlos.

En fin, una historia que no evoluciona en ningún momento. Me quedo con el trailer, ya que la película al completo no me ofrece nada más aparte de más y mejores planos de bonitos paisajes.