Una idea sensacional y una realización con planos que, por supuesto, han pasado ala historia. La voz omnipresente, tan particular, hace de esta cinta una obra maestra que seguramente se fue construyendo sobre la marcha a golpe de ideas y talento.
El retrato de algo que consume desde el exterior sin que uno pueda evitarlo. Quien ha sido adicto entiende que es uno de los más lúcidos retratos sobre la adicción que se han realizado jamás junto al Almuerzo Desnudo de Borroughs. Quién no lo ha sido disfrutará de la sencillez y el tempo emocional y rítmico tan logrado y de la belleza de las imágenes. Este tipo de cine construye espectadores. Zulueta, Eloy de la Iglesia, Almodóvar, Erice, Buñuel, y tantos otros, la mayoría marginados y desterrados de la industria...esos son nuestros cineastas. No los aburridos, pavisosos y ramplones directores a los que aplauden cada mes las revistas por unos eurillos de publicidad en sus páginas.

Ser capaz de trasladar una historia tan banal a la categoría de película existencial sobre el misterio de lo que nos rodea es un logro. El personaje que encarna Jean Marc Barr es el hombre espiritual con la inocencia del niño y una atracción por la verdadera esencia de la naturaleza que ha dado las mejores cintas de Besson. No sé por qué, pero me resulta emocionante y exquisita. la he visto más de 30 veces y sigo sin saber por qué me gusta tanto.

Aparte de disfrutar de Di caprio, que es un monstruo de la interpretación capaz de parecer un chaval de 15 años siendo ya un hombre adulto y de emocionarse hasta estallar la pantalla sin forzar ni un milímetro su magnífica capacidad, hay que decir que este es un absoluamente incomprendido retrato visionario de Spielberg, una fábula que pretendía prevenir a la sociedad sobre los depredadores capitalistas de la actualidad ejemplarizando lo fácil que es "disfrazarse" y actuar con impunidad en una sociedad que solamente valora el dinero y el prestigio social. Su Fábula contenía un maestro, y una redención, pero los verdaderos depredadores no han resultado ser unos buenos chicos capaces de volver al redil, sino unas absolutas bestias de cemento que han arrasado con todo.
Ojalá Trump, Jesús Gil y todos los de su calaña que logran lo imposible suplantando con osadía a los que deberían ser los verdaderos líderes, fueran encantadores muchachos llenos de buenas intenciones como el de la película.
Catch me if you Can es una cinta objetívamente muy bien dirigida y con una historia atemporal y emocionante, pero ahora son los tiempos de Gomorra y las fábulas realistas, es lo que necesita la sociedad; Monstruos y existencialismo surrealista a partes iguales, es una época de pre? guerra.
Una película perfecta a destiempo.