Iba con ganas de ver una película graciosa, para pasar el rato y nada más. Y lo esperaba de verdad. Desde el minuto uno le seguí la pista al proyecto que parecía interesante y tener una producción notable. Lo último lo tiene, lo primero ni poniendo de mi parte. A los cinco minutos de empezar estás viendo a un personaje decir lo que piensa, por si somos tontos y no tenemos ni un mínimo de deducción. Y de ahí, cuesta abajo y sin frenos. Clichés, personajes planos, actuaciones o muy pasadas o muy flojas... No sé si es problema del guión o de la dirección, apuesto por lo primero, aunque la dirección también es sosa como ella misma. Sí, hay algún que otro cascarrillo aceptable, sobretodo por parte del papel de Verónica Echegui o Ernesto Alterio (el mejor personaje con diferencia), pero incluso al final pierden toda la personalidad para que se resuelva la trama. Si al menos tuviese un humor irónico con ella misma, que mantuviese ese estilo burlesco, pues bueno, sabría que la intención es hacer una comedia, pero ni eso. De repente se pone en serio, recordándonos cien y una veces con voz de pito "esto no es un cómic, aquí están muriendo personas de verdad". Bueno, por repetir, repite hasta la broma de los "cosplay" y "los disfraces tontos" todo el rato que la película necesite hacer una broma. Que además, ni intenta mostrar la cultura friki más allá, hasta se burla de ella. El "soy friki y soy mejor que tú" o el "no soy un niño", para que al final canten "¡Que se besen, que se besen!".