¿Me preguntas por un lugar donde quisiera haber visto Interestelar? Arriba... en lo alto de una montaña apta para la meditación, mas cerca del cielo y sus estrellas, imbuido de una sensación de inmensidad sideral, inundado por la solemnidad del viaje astronauta. Allá, atento, sensible, tratando de percibir la velocidad con que se mueve mi planeta, hallando el valor sociológico del espacio exterior, haciéndome un poco mas consciente de su vastedad, y de nuestra singularidad inteligente. En la cima fría, solitaria, despejada, austera, imperturbable, con los ojos fijos en las parpadeantes centinelas incandescentes. Sin duda elegiría un santuario natural así, donde pueda justipreciar y maravillarme del gerundio viviente, asistido por todo recurso poético dedicado a constatar en una piedra lisa lo impresionante de la naturaleza cosmológica. Idealmente sería un estado de revelación, de transcendentalismo astrofísico; auto-evaluando y heredando para uso de otros los efectos psicológicos que ha producido, en esta mente despierta que los ve, la grandeza grave que llena el firmamento e impulsa la investigación/exploración en cintas como esa. ¡Que impacto produce la contemplación del universo! ¿Que lenguaje usaremos para hablar de él? Estimo esta película por recordarme los instintos humanos de perpetuación. Anima una actitud inquisitiva ante el misterio, práctica ante el problema, valiosa y útil en el esfuerzo civilizador. Es progresista y exalta la técnica y la ciencia. Sinceramente valoro su ambientación académica, ficcional, incluso matemática. Promueve la educación. Y la magia del descubrimiento.