Café de Flore es la conexión desconocida entre dos historias ubicadas en diferente tiempo y espacio, dos historias en las que el amor incondicional sobresale en todo momento. Aunque abarrotadas de cliché, Jean-Marc Vallée logra que las relaciones entre los protagonistas de cada historia sea limpia y bien lograda.
No es fácil realizar una película de historias cruzadas y si bien pareciera que no hay ningún tipo de conexión entre estás, Vallée busca todo el tiempo que el espectador descubra esa conexión a través de detalles mal logrados. En un principio la historia va bien, una fotografía linda, un guión bien logrado, personajes bien presentados, etc. Pero la historia decae en querer unir estas dos historias de una forma forzosa que termina ensuciando el resto de la película. Aún así no deja de ser una película intensa y emotiva, y no debe dejar de ser vista.