El cine argentino, entre 1940 y 1950 tiene muchos aspectos destacables, la actuación es uno; en este film de 1967 dos artífices de esos años, Tita Merello y Jorge Salcedo exponen con una brillante actuación, los aspectos más crudos de la relación de pareja que afloran ante un hecho inesperado. Esta situación, que en la película (y a veces en la vida) se resuelve con aparente sencillez, nos hace pensar en quién necesita o usa el andador. Las costumbres y personajes propios de Buenos Aires y del barrio de la Boca en particular, se plasman casi como un documento histórico válido para un ensayo sociológico. El juego de analogía al que nos invita el guión de Norberto Aroldi (los animales, el canario, el caballo) y los elementos que la trama toma de la cultura popular podríamos decir son casi un resumen de la comedia dramática del porteño, en este film heredero de aquella recordada época de oro del cine argentino

"No era nada más que un moretón en la piel leprosa de la vida", así define una perturbación durante la adolescencia el protagonista de Lulú, novela de Mircea Cartarescu. La ruptura de un matrimonio puede ser, para algunos, más que una marca. Para otros el matrimonio puede ser una celda aún después de la separación.
Como en 1971 con Le chat (El gato) Pierre Granier-Deferre elige como tema la relación de pareja; recurre otra vez a Philippe Sarde para la musicalización, pero los protagonistas son Ingrid Thulin y Lino Ventura, ambos de brillante actuación, ideales para este film con un sencillo, pero efectivo guión, que interactúa con los dramáticos hechos que transcurren en la casa del matrimonio, disparando en el espectador un arsenal de reflexiones sobre la relación de pareja.

Si bien en su momento el film no tuvo buena crítica y éxito comercial, es recomendable principalmente para los amantes de melodramas y películas sobre la relación de pareja y la vida matrimonial. Tres parejas en los años donde el roll femenino era marcadamente distinto al del siglo XXI. Tres familias que interactúan y donde el drama, producto quizás del desencuentro y la incomprensión, es hilo conductor.
En gran parte parece una película más pero el desenlace final tiene su encanto y más aun con la espléndida actuación de Ingrid Bergman. Como también son dos grandes interpretaciones las de Anthony Quinn y Fritz Weaver. Quizás “Secretos de una esposa” no sea el título en español más acertado, siendo la traducción: Un paseo bajo la lluvia primaveral o Un paseo bajo la lluvia de primavera”

La infidelidad como un juego y la infidelidad como la búsqueda del amor. La confusión y la lucidez. El amor de pareja como algo tan complejo o tan simple. La brillante actuación de Annie Girardot y el desparpajo de Jean Paul Belmondo. La complaciente música de Francis Lai y la destreza en el dominio de la imagen de Claude Lelouch. Hermoso film para quienes gustan de lo nostálgico e hipnótico que tienen los años de fines de década del 60 y comienzo de década del 70. Con Annie Girardot deslumbrante, dueña de una expresividad bien aprovechada en los primeros planos por Claude Lelouch.

La película es una lograda mirada psicológica y familiar del dolor y el debate entre la comprensión y la incomprensión ante un divorcio. Una visión desde el lugar de la pareja y de los hijos. Plasmada con una satisfactoria estética visual y un guión acorde al desborde de sufrimiento e incertidumbre ante la ruptura de un sueño de amor y familia. Brillantes actuaciones (D. Keaton, A. Finney y las niñas). Si el comienzo y el final en un film son dos cartas fundamentales en el juego del cine, Alan Parker supo jugarlas bien.