La alquilé porque hoy día es bastante complicado encontrar películas bélicas que no estén vistas desde el punto de vista que se nos ha impuesto durante más de medio siglo. El reparto, como son desconocidos al menos para mí, le da algo más de realismo; y el tema de que trata está poco trillado en comparación con las grandes batallas de siempre. Es una película que si hubiera sido hecha aquí habría pasado sin pena ni gloria, pero tiene ese sabor a "diferente". En muchas ocasiones recuerda como debe ser la guerra de verdad, pasando de la mayor camadería con tus compañeros a la mayor crueldad con el enemigo.

Echando un primer vistazo al argumento (¿samurái negro?) puede parecer una chorrada de película, pero de hecho acaba convirtiéndose en un punto a favor por la originalidad. Es lenta en parte porque creo que parece asimilar la filosofía estoica del protagonista y, por otra parte y hasta donde he podido ver de Jarmusch, es marca de la casa. La paloma mensajera, el vendedor de helados y las citas del libro que acompañan en mayor o menor medida el desarrollo de la historia son elementos que parecen fuera de lugar de una historia que no deja de ser al final de asesinos y mafiosos. Y la música me parece excelente.

Película de una lentitud casi agónica, con muchos paisajes, y que presenta a unos vikingos que ya estaban en declive pero no habían abandonado ni mucho menos las buenas costumbres, rematados con un protagonista que no habla (aunque esto no está muy claro) y con la que puedes partirte la cabeza buscando simbolismos, aunque es deliberadamente ambigua en ese aspecto. Y con todo, no me cansó, la fotografía y los paisajes me encandilaron, el protagonista acaba teniendo su carisma y las escenas de acción son cortas y brutales, como corresponde a una película de vikingos.

Esta película lleva spoilers integrados. Entre eso y que el final me pareció cutre le quita mucho a la historia.