Stranger than fiction es una película distinta, inteligentemente rebuscada para divertirte todo el rato y al mismo tiempo conmoverte sin caer en estereotipos. Lo mejor de la película es la relación entre Harold Crick y la chica de las galletas (impresionante ella) y cómo se le desmonta a Harold su cuadriculado mundo a la vez que recupera algo de sentido en su monótona vida. Lo peor que esa relación se hace muy corta.

Es un retrato directo y conmovedor de un aire pasado, de un aire de adolescencia en un barrio difícil que recuerda en muchos momentos a Una Historia del Bronx. Aunque las historias no se cierren, engancha desde el primer al último minuto. La música es muy buena y los actores estan a la altura.