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España España · Barcelona
Críticas de Tibicenas
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Críticas 7
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
24 de septiembre de 2021
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hollywood necesita dioses en su panteón para funcionar. En una industria basada en la idolatría, Villenueve se ha colocado junto a Nolan en lo más alto del panteón Hollywoodiense, y es una pena cuando lo comparamos con los Dioses Antiguos, ya muertos o caídos en desgracia. Esto se expone incluso antes de la película, cuando en mi caso, todos y cada uno de los trailers expuestos correspondían al otro panteón sagrado del siglo XXI, el cine de superhéroes. Normal pues que, en el reino de los ciegos, los tuertos sean los reyes.

Pero no me salten aún a la yugular. Como he dicho, el problema de Nolan y Villenueve no es tanto su falta de pericia al dirigir, si no que no llegan a mesías y, en parte gracias a sus fans ansiosos de una nueva figura que adorar, han sido elevados a categorías divinas antaño ocupadas por Coppolas, Spielbergs, Hitchcocks o Lynch, quien cobra peso al analizar esta película. El problema es que ni ellos ni sus "fanboys" han asumido que Hollywood y el cine espectáculo que consumimos hoy en día no es cine de autor. Ni siquiera el cine de autor del Hollywood de los 70, 80 o en menor medida de los 90. El cambio en la industria ha hecho que cada vez más el espectáculo tenga menos que ver con la dirección,si no con dos departamentos totalmente olvidados y que merecen más crédito que las celebridades que todos adoramos; diseño de sonido y de producción y post-producción.

Su ritmo irregular, un elenco correcto pero con dos grandes (literal y figuradamente) errores llamados Batista y Momoa que confirman la teoría de ser más una inversión en taquilla que una decisión artística y una oportunidad tremendamente desaprovechada de mostrarnos más Dune de lo que hizo Lynch, hacen que la dirección sea precisamente lo que baja considerablemente la nota del film. Una fotografía bella pero puramente estética que repite fórmulas (VIllenueve quiere hacer de la niebla lo que Winding Refn hizo con los neones, su marca personal) mejoran mucho la película, pero como se ha mencionado, es su diseño de producción y su trabajo de sonido lo que realmente convierte esta película en una delicia de los sentidos, aunque a veces el exceso de estética le hace a uno pensar que está viendo un videoclip de Romain Gavras.

Lamentablemente, el panteón de Hollywood no tiene espacio para Directores de Arte, Ingenieros de Sonido y Editores de Vídeo. El trabajo coral de Dune que la ha convertido en un espectáculo de primera será escasamente recompensado con unos Óscars que nadie verá. En un sótano, alguien que diseñó las impresionantes naves Harkonnen, que buscó influencias musicales en el canto gutural mongol para la ceremonia de los Sardaukas o que decidió los cortes en las impresionantes secuencias de batalla; los verdaderos artífices del éxito del film, seguirán trabajando en su próximo proyecto, mientras que VIllenueve será considerado el nuevo "genio" de la ciencia ficción, y las Zendayas, Thimotee o Momoa revalorizarán su valor como capital de inversión cinematográfica.

La melange ha sido expoliada, de nuevo, por los de siempre. Las Casas Nobles se enriquecen mientras los Fremen, auténticos jardineros de Arrakis, son ignorados en sus desiertos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tibicenas
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8
6 de diciembre de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acercarse a Transeúntes es hacerlo con la mente abierta o no hacerlo. Asumir que existe el cine fuera de lo narrativo, que las ideas audiovisuales demasiado vanguardistas cuando no son asumidas pueden chocar y que decidimos dar el beneficio de la duda al director ante la temida pretensión vacía que se pueda esconder detrás de la cinta. Quien no tenga esto claro, existen cientos de blockbusters más acordes a su gusto, más al uso y no necesariamente peores por ello.

Pero todos somos humanos, y esperaba una película ensayo. Una obra con la que el director quisiera simplemente cruzar las vanguardias, experimentar con el lenguaje para estirarlo al máximo y hacer simple teoría sin contar con el espectador, lo cual a mi juicio es uno de los mayores errores de tanto cine "vanguardista" que hace oídos sordos a una pieza tan fundamental del cine como es la audiencia. Pero mi sorpresa ha sido agradable: Transeúntes no sólo los tiene en cuenta, si no que, una vez has decidido dejar tus prejuicios y acercarte a ella, te devuelve el favor y se acerca a ti.

La premisa es simple: un poema urbano de Barcelona desde el punto de vista de lo caótico. Fiel a dicho concepto, casi todo en el film lo es, sobre todo el gran acierto de la película; el montaje. No obstante, se llega a imponer un orden dentro de ese caos, no se vuelve un simple collage de imágenes alocadas, si no un coro de imágenes en el que podemos intuir distintos patrones: cómo cambia el color en ciertos momentos, el ritmo en el que nos acercamos y alejamos a ciertas historias, cómo se encadenan diferentes planos en apariencia aleatorios pero creando metáforas entre ellos. En definitiva, es un caos controlado y lleno de significados.

Pero sobre el caos, las ciudades e ideas de montajes han hablado otros, y probablemente mejores, antes que Luis Aller. Y éste al fin y al cabo no deja de recoger muchas ideas de sus sucesores: la marca de Godard es ineludible. Pero a diferencia de este, el gran acierto de Transeúntes, a mi juicio, es cómo se ha decidido tratar un tema que tiene la complejidad que el espectador le quiera dar, pero siempre desde un punto de vista casi familiar. No es su prioridad, pero existe la narrativa: y ésta es la de Barcelona, la de sus calles con todos sus estratos, no la de la "burguesía intelectual" que suele rodear la obra de directores como Godard o Fellini. Probablemente intencionado, Aller consigue que esta película no necesite del espectador nada más que el mínimo esfuerzo de enfrentarse a ella, ya que habla al espectador de tú a tú, cosa que a mi juicio falla en muchos de los directores considerados "de vanguardia". Mientras estos se dirigen a un público casi selecto, rodeados de referencias culturales y casi constituyendo un premio para el espectador el poder estar a la "altura" de ellas, "Transeúntes" es tan simple en su mensaje como lo simple que pueda ser Barcelona. No es que no aborde temas serios, habla de ellos y de muchos. Habla del amor, de la injusticia social, habla de la rabia... toma muchos temas que podrían copar un sólo film, siempre desde su caótica esencia, pero se los acerca al espectador de una manera amena y accesible, casi consciente de que sus formas pueden serlo menos. Hay mucho humor, y de una genialidad remarcable. Hay muchos personajes que podemos sentir como hermanos nuestros. Y cuando uno escucha las notas a piano de "La Internacional" en ciertos momentos del film, no puede uno si no preguntarse si el director conscientemente ha decidido hacer como aquellos primeros anarquistas de finales del siglo XIX y acercar al pueblo llano e inculto cinematográficamente un poco de conocimiento del mismo, conocimiento que de momento parecía relegado a ciertas élites intelectuales, mediante la cercanía que este experimento, que sin duda no ha sido fallido, logra transmitir a pesar de su rompedora forma.

Quizá la pega de la película es que en ocasiones, aunque está más que justificado por su concepto, el uso del formato analógico ensombrece demasiado al digital. Puede que ni siquiera por minutos de metraje el film de película supere al contenido grabado con cámaras digitales, pero el impacto de las primeras, y la frecuencia con la que los planos más poderosos de la película están grabados en dichos formatos, hace que uno casi se olvide del material digital y de la Barcelona actual. Esto, unido a que se obvian muchos temas interesantes de la Barcelona del presente, totalmente comprensible por la longevidad del rodaje (recordemos que han sido 21 años), da la sensación de que estamos viendo un film "vintage" que olvida el fascinante (para bien o para mal) presente que vive Barcelona. Aunque podemos ver cómo el director se adelanta a su tiempo al tratar temas de actualidad en formatos aparentemente de hace más de diez años, le ha faltado algo de esencia de la actualidad de Barcelona.

En resumen, "Transeúntes" rehuye desde guión a los tópicos del cine de vanguardia, experimental o como queramos llamarlo. No es una película de artistas torturados, intelectuales y sus pasiones o ejercicios de análisis de lo onírico y lo real; quizá porque, por desgracia, no es así Barcelona. Y "Transeúntes" al fin y al cabo retrata la ciudad como se merece, sea esto bueno o malo.
Tibicenas
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3
12 de agosto de 2013
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Expediente Warren empieza entre lo bien y lo mal. Empieza de una manera explícita, directa, abrazando lo sobrenatural sin rodeos ni ambigüedades. Esto, en un mundo científico como el nuestro, quizá no es el mejor método para dar verosimilitud a una historia, pero bueno, es algo totalmente opinable. El título del film (The Conjuring, no Expediente Warren) y el apartado sonoro dan una buena impresión, un aire al cine de terror de los sesenta y setenta que se mantiene durante el film con unos recursos sonoros dignos de "El Exorcista" o "Al final de la Escalera", y con unos usos de la cámara recuperados de dichas décadas (zooms, cámara temblorosa, la oscura fotografía)

Pero ya está. Ahí se acabó la película. Porque de resto es la misma historia de siempre. El mismo exorcismo, las mismas leyes para aplicarlo, el mismo intento de tensión con los mismos planos de siempre, la niña que ve cosas, la médium que también las ve, los fantasmas que aparecen burdamente ante la cámara, los sustos tirando del sonido... todo. Esta película es el mismo despropósito de siempre, sólo que ahora dirigida por un fan de Hitchcock y Friedkin.

Lo terrorífico de esta película es su sobrenatural y positiva acogida: si esto se considera lo mejor del género en años, me temo que estamos perdidos.
Tibicenas
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4
12 de agosto de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de empezar, he de dejar ciertos puntos claros antes de que el "fanboy" se tome esta crítica como un ataque gratuito de alguien "ajeno" o de un enemigo declarado de su precioso mundo de referencias culturales al cine oriental.

Fui al cine con muy buena receptividad y con pocas exigencias. Esperaba un film sin pretensiones de revolucionar la narrativa cinematográfica, sin personajes complejos ni ninguna clase de innovación o revolución: ni siquiera esperaba que fuese una película que me hiciese pensar. A grandes rasgos me gusta el cine de Guillermo del Toro, cierto que no toda su filmografía es "El Laberinto del Fauno", con "Hellboy" demotró que sabe hacer cine taquillero sin caer en la simpleza. Además, en mi juventud seguí "Evangelion" con bastante ahínco, así como "Escaflowne" y mucho anime de mechas, y podría decirse que crecí viendo bastante "Ultraman" y "Godzilla". Dicho esto, creo que mi objetividad es suficiente para no haber juzgado esta cinta con ningún tipo de prejuicio negativo; me atrevería a decir que era más mi inclinación positiva a la hora de ver la película.

Pero Del Toro me ha fallado, y a propósito. No voy a criticar cosas que ya sobreentendíamos que iban a flojear, como las interpretaciones, la complejidad de los personajes, la simpleza del guión o las inexactitudes científicas (Tsunamis, algo inexistente en el mundo de Pacific Rim), porque se ha implantado una mentalidad en la que el "Freakbuster" (Cine basado en cómics, manga, anime o demás soportes de público juvenil que se adaptan a la gran pantalla para un público supuestamente adulto) parece eximido de seguir ciertas lógicas por su naturaleza ficticia. Vamos a obviar todo eso porque se supone que este tipo de películas pueden tomarse la licencia de cometer dichas fallas. Pero, aún así, la película es simple, inefectiva y pretenciosa: sí, pretenciosa, porque pretende ser épica y se queda en nada. Es una sucesión de tópicos predecibles uno detrás de otro, en la que con los 15 minutos iniciales puedes destripar la película entera, hasta llegar al ridículo en el cual la película se hace más entretenida cuando te limitas a hacer quinielas con el guión, hasta que esto también empieza a aburrir cuando es tan sencillo acertar.

Pero bueno, digamos que queremos ver efectos especiales y epicidades varias, que es a lo que venimos, ignorando el resto. Pues aquí también falla Del Toro. Los efectos digitales no son nada del otro mundo ni nada que no hayamos visto en Godzilla o Cloverfield; film del que por cierto copia varios juegos de luces para ahorrar trabajo digital en las criaturas al envolverlas constantemente en oscuridad, agua o humos varios. Los combates entre los Jaeger y los monstruos, que deberían ser el punto fuerte del film, se quedan en la mediocridad, no llegan a impresionar y dejan al espectador totalmente indiferente.

Pero lo peor es la exagerada carencia de gloria, épica y heroicidad de la cinta. Los secundarios (Sí, esos que sabemos que van a morir) mueren con nada de protagonismo, ya que todo parece girar alrededor del héroe y su supuestamente incomprendida compañera Mako (Con un insoportable acento de retrasada mental en la versión doblada), mención especial a ese genial comandante de trasfondo predecible y que cada vez que abre la boca provoca más vergüenza que la supuesta hombría y heroicidad que debería inspirar. Y es que las frases y discursos de la película que deberían aportar un halo de epicidad al film son horribles y denotan los intentos frustrados del director de convertir el film en algo heroico. He visto líneas de diálogo en "Mujercitas" más épicas que el discurso final del comandante en cuestión.

Algo detestable en mi opinión es el dúo de científicos. Una sobreactuada pareja ridícula, que pretende dar un toque de humor pero termina dando un toque de ridiculez al filme.

Pero vamos, le he dado un 4 porque 4 son sus cosas buenas: la película afortunadamente tiene ritmo, se acaba antes de hacerse pesada. Hay algunas estéticas bastante guapas, como la del dúo de pilotos ruso y su Jaeger, además de algunas ideas respecto a lo que sucede con los cadáveres de los aliens y el personaje de Ron Perlman y lo que le rodea, aunque desgraciadamente es exageradamente desaprovechado.

En pocas palabras, no gastéis ni un duro. Pero bueno, seguro que una legión de fanáticos del "Freakbuster" dirán que no me gusta porque no entiendo los homenajes a Godzilla, Gamera, Cthulhu, Evangelion o demás referencias culturales, pero a mí es que ese cine engañoso de copiar y pegar ya me cansa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tibicenas
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5
6 de agosto de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Prometheus lo tenía fácil. La franquicia de Alien dejó muchas incógnitas sin resolver que daban mucho jugo a la saga, y uno, a partir de la tercera entrega, no dejaba de preguntarse proqué no dejaban en paz a la pobre Ellen Ripley descansar en paz mientras exploraban el resto de elementos que conformaban la mitología Alien.

También merece mención el apartado sonoro. Los soberbios efectos sonoros que han caracterizado a la saga

Pero Prometheus es el ejemplo de que ciertas cosas, o se hacen bien, o se deja al misterio y a la imaginación del espectador. Partiendo de una premisa bastante atractiva, Damon Lindelof destroza cualquier posibilidad construyendo un guión con más agujeros que un queso grouyere; no es de extrañar teniendo en cuenta lo sucedido con Lost, aunque el punto fuerte de la serie, los personajes, en la película brillan por ser totalmente desaprovechados y con subtramas insulsas que no hacen más que rellenar cinta sin aportar ni profundidad al personaje ni sustancia a la trama principal, dando la impresión de ser perfiles de personajes inacabados o mutilados. Además, los personajes no están del todo bien definidos, y sus conocimientos y/o profesiones a veces no concuerdan con sus acciones, en ocasiones absurdas. Mención especial a la horrenda caracterización de Mr. Weyland por Guy Pearce; ¿Es necesario que un hombre de mediana edad tenga que embotarse de maquillaje para interpretar a un anciano? ¿Es que no hay actores viejos?

Y es que la sensación final del guión en general es el de una trama con una buena idea pero plagada de elementos añadidos que acaban sin dar pie a nada, sin aportar nada y sin enriquecer la cinta, que sólo consiguen confundir y alargar minutos. Además, el señor Scott parece haber prescindido de cualquier asesoría científica, teniendo en cuenta la ignorancia que muestra en muchos aspectos científicos del film, y lo cierto es que para muchas de esas incoherencias no es necesario tener más que sentido común.

Otra cosa que ya se intuía con los primeros trailers ha sido la renuncia a la atmósfera industrializada y oscura de la saga del xenomorfo de Giger, mostrándonos un futuro más digital y luminoso, y mucho más limpio y menos hostil que el nivel 426 de la trilogía original. Además, aquel espírtitu de intriga el cual nos dejó espectantes durante todo el film hasta el final para apreciar bien la forma del alienígena del film de 1978, se rompe de manera descarada con la primera escena de la película, muy reveladora y para nada sutil.

No obstante, por mucho que clame ser una obra totalmente independiente de la saga Alien, Scott nos traiciona a lo largo del film, ya que repite estructura, muchos roles de los personajes y, sin querer destirpar nada, al final podemos llegar a la conclusión de que Prometheus podría ser perfectamente un remake fallido de la saga. Y, hablando del final, da pie a una continuación que, honestamente y ateniendo a lo que parece que sucederá, puede ser horrible.

Pero la película no llega a ser un mal film, pues consigue entretenr siempre que asumamos que es incomparable a la saga. Sí, es cierto que el tener gran parte de la mitología y aspecto visual basado en las entregas anteriores les ha facilitado la historia, pero en general la idea de la trama es bastante oscura, lovecraftiana y original hasta cierto punto, aunque no es nada que un buen fanático de Alien no haya escuchado o leído en las cientos de teorías que llevan años circulando acerca de Alien 5. Los efectos especiales están bien trabajados, los personajes no son gran cosa, pero encajan lo suyo en un blockbuster de Sci-Fi veraniego, en gran parte por las excelentes actuaciones de Fassbender y Theron, y las secuencias de acción no tienen desperdicio. A grandes rasgos logra mantener la atención y curiosidad del espectador, aunque en ciertas ocasiones sus incoherencias hacen perder el hilo, y muchos giros son predecibles.

En pocas palabras, Prometheus es una película de ciencia ficcion decente, aunque el tirón de orejas a Scott no se lo quita nadie, ya que parte del trabajo lo tenía prácticamente hecho; un reparto con actores de nivel y populares, un presupuesto millonario y un trasfondo ya trabajado. El resto, el desarrollo de la trama y permitir las perlas del guión de Lindelof, no tiene justificación en un director de su talla y con la misión de perpetuar el legado de Alien. Pretende distanciarse en lo que le interesa de la saga Alien y en concreto de El Octavo Pasajero, pero la realidad es que vive de su sombra y que el aire a remake fallido es imposible de disipar o disimular.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tibicenas
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