The Wire es el realismo llevado a la perfección. Es también una experiencia contestataria, histórica, poética, es la vida de seres anónimos que habitan en una ciudad. Fue en este caso Baltimore. Tenemos, ahora que lo analizo con calma, varios arquetipos que encarnan en estos personajes. Por ejemplo, el rebelde, Jimmy Mcnulty, un personaje que pareciera poderlo todo, que pareciera poco importarle quienes están por encima de él pero que a su vez, y él lo sabe, debe formar parte de un sistema de jerarquías. Recibe órdenes. Pero no siempre las acata. Tenemos al asesino despiadado, Omar Little, pero podría también ser por ratos un justiciero sangriento, alguien que roba a los que roban o a los que también asesinan sin pensarlo dos veces. Tenemos a los políticos corruptos, a los maestros que piensan pueden aportar su grano de arena, a los talentos jóvenes que se pierden, entre un mundo de jeringas y drogas, de heroína en polvo, tenemos a una potencia mundial; como se supone lo es Estados Unidos, con su rostro más sombrío expuesto con sutileza. Un escenario de violencia que podría ser también cualquier barrio de Latinoamérica, un contexto semiapocalíptico, en, lo repito, la potencia mundial Estados Unidos de América o tal vez el barrio del Fuerte Apache en Buenos Aires.

Nunca te mueras Jimmy Mcnulty, vamos a casa. ¡Let's go Home!

Los planos secuencias del final nos recuerdan que la creatividad y el uso de los recursos técnicos en el cine tienen que ver con divertirse como un niño. No pude evitar sospechar sobre lo mucho que se ha divertido Cuarón grabando ese final en plano secuencia. Divertirse como un niño con su primera cámara. Al final creo que se excede con los disparos, el final tampoco tenía que ser tan ruidoso, pero la historia, los personajes cumplen bastante bien. Jasper es un personaje a destacar, prácticamente un sabio hermitaño como la carta del tarot que defiende algún tipo de idea conspiracionista. Fantástico personaje

Tengo tanto que decir sobre esta película, pero tampoco es que esa brisa poética que tienen algunas obras pueda expresarse tan fácilmente en palabras. Primero, que siempre me provoca volver a verla. Es algo que solo me me pasa con algunas películas. Segundo, que Brass in pockets de Pretenders interpretada en vivo en 1980 es una joyita almacenada por ahí en los pasadizos de Youtube que si la escuchas con la chica que te gusta irá bastante bien, y si la chica que te gusta lleva una peluca morada irá el doble de bien. La fotografía, la profundidad, esa intimidad que no es tan fácil describir, ese sentido del humor directo que linda con lo frío, esa monotonía, ay esa monotonía que tanto nos cuesta aceptar. Esta es para mí la mejor película de Sofía Copolla y mi aprecio por el cine tiene que ver con esta película.

Destaco la sencillez. Hay planos que me recuerdan los cortometrajes de la facultad de comunicaciones a la que solía asistir, no así eso le tendría que restar algún mérito a la película. Ahora que reviso otras críticas, al parecer han sido lo bastante duros con referencia a este debut cinematográfico de Sofía Copolla. En mi opinión estuvo bien: la música ayudó, la sencillez visual también, la fotografía por momentos; el cine puede ser también un lenguaje sencillo. Hay escenas que sobran claro está, como una que otra de toma más que nada pop y barata, pero de ahí la historia está bastante cuidada. Sofía tiene algo, que me gusta mucho ella y sus películas.

Me ha gustado. Especialmente el trabajo de fotografía que ha mantenido Cuarón junto a su director de fotografía Emmanuel Lubezki, que no por las puras trabaja con otro gigante del cine como Alejandro Gonzáles Iñarritu. Escenas bastante agradables como la llegada de Luisa (Maribel Verdú) a la playa. El director aprovecha en sacarle unas tomas de perfil que me terminaron por agradar lo suficiente. Ciertamente, la historia podría no aspirar a mayor profundidad, como si lo trabaja Cuarón en Man of Child por ejemplo. Sin embargo, la ligereza visual, el apoyo en una fantástica voz en off con espíritu publicitario (y esto no creo que sea algo negativo) le provee a la película un aura de frescura que nuevamente lo menciono: agrada. Este road trip nos lleva a todos a la Boca del Cielo.